A mi hijo pequeño le gusta escuchar historias del pasado. A veces es muy cansino pues quiere oír la misma historia una y otra vez. Hace unas semanas quiso que le contara algo nuevo: qué cosas hicimos cuando fuimos a vivir a nuestra vivienda actual. Sea como fuera el relato cayó en la fiesta que hice para celebrar mi 40 cumpleaños. Fue una fiesta a lo grande con muchos invitados, amigos, familia, algunos compañeros de trabajo, de la facultad, colegio … Lo pasamos bien. Para animar la fiesta me preocupé de hacer una selección musical pensando en el discurrir de la fiesta. Así la música empezaba con temas conocidos, alguno reciente, otros «de siempre» y poco a poco iba animándose más para poner temas más de baile, pasando luego por canciones que si no eran las que oías cuando eras joven o mejor dicho más joven si eran melodías que te recordaban esa época. Para acabar, pupurrí de temas horteras españoles de los 60 y 70 que pensaba yo valdrían para echar al personal a las horas que sonarían. Me equivoqué … algunos se quedaron para cantar a grito pelado «vivir así, es morir de amor» en la madrugada.
La lista de canciones la había visto no hacía mucho en un directorio ‘cajón de sastre’. Eran 114 canciones, en total 7 horas y 22 minutos de música. Me entraron ganas de volver a escucharla y en su orden. Han pasado 20 años y la lista solo indicaba la ruta en disco de cada canción. Pero ya no existe esa ruta ni ese disco. Difícil tarea me había puesto. Soy persona que no me gusta tirar las cosas y además soy precavido y hago copias de seguridad que procuro mantener. De un cajón saqué el disco duro que tuve en el último ordenador con sistema operativo Windows, hará más de 10 años de ello. Allí encontré la mayoría de las canciones pero algunas no. En la lista, algunas de ellas tenían título como track3.mp3 o Pista11.mp3, nada indicativo de qué tema e interprete se trataba. Por suerte, ninguna de esas poco identificables faltaban y las que faltaban eran fácilmente deducibles por la ruta del directorio. Aún así, he gastado buenos ratos recuperando los ficheros y numerandolos para poder hacer una lista que se reprodujera en el mismo orden que la fiesta. De las canciones, hay alguna que ahora no pondría, sea porque se me ha cambiado el gusto o sea porque en su día pensé que le gustaría a los invitados y ahora pienso que ya no gustarían.Todo este rollo anecdótico sobre la lista musical de la fiesta para decir que cumplo 60, y que a diferencia de cuando cumplí 50, esta vez si que haría una fiesta como hice en los 40 y volvería a construir una banda musical para el evento. Supongo que son las ganas de hacer lo que no puedes hacer. De momento. Acompaño el texto con unos autorretratos actuales. No he tenido oportunidad de algo mejor. Como siempre me pasa con los autorretratos lo peor has sido el enfoque y el fondo. La luz, frontal, la de una ventana, sin complicarme. Y sin retoque alguno, estoy con todas las arrugas, manchas y pelos … y sesenta años.Archivo de la etiqueta: Familia
Semana 4 de confinamiento
Estamos en Semana Santa y para no sufrir mucho, el tiempo nos ha dejado, en Madrid, días de lluvia. Tiempo de primavera, revuelto pero no muy frio. Clásico en una Semana Santa.
Seguimos bien, adaptados a la situación.
Entramos en el bloque de las últimas dos semanas previstas, en teoría, de confinamiento por el gobierno. Con restricciones, lógico, se supone que podremos ir saliendo a partir de que pasen. Tras dos de miedo, dos de acomodación, llegan las dos semanas de tedio.
Semana 3 de confinamiento
Bueno! Llevamos tres y no vamos a hacer adivinanzas de cuántas más. Al día. La semana ha pasado rápida, con mucho trabajo. Y está resultando como esperaba, nos vamos acomodando a la situación y ya hay pocos momentos «de lo que teníamos y de lo que hubiéramos tenido». Te vas olvidando, vas asumiendo, a pesar de que hay circunstancias difíciles de olvidar como que de no haber sucedido la pandemia, estaríamos ahora de viaje de Semana Santa. Fuera! ahora hay que pensar en otros cosas. La semana empezó con tiempo bastante invernal, con frio, incluso llegó a nevar en Madrid, sin cuajar como es la norma. Al final ha ido mejorando un poco y hemos vuelto a tomar el sol. Igual que el tiempo, mi dolor de muelas ha evolucionado de peor a mejor y llevo un par de días que no me molesta. Uff, menos mal… hay que ver como en momentos inoportunos lo que se puede complicar un pequeño detalle para pasar a ser un gran detalle.Otra cosa que me tenía preocupado la semana pasada eran los suministros de alimentación, había desaparecido un pedido. La desaparición consistía en que no llegó el día previsto y no había forma de contactar por teléfono ni contestaban a los correos. Dos días después de repente llaman a la puerta y es el pedido. Ya habíamos hecho otro, luego vamos a repetir de algunas cosas. Pero nos lo vamos a comer todo, seguro, y más vale que sobre que no que falte. Además que siempre que pides por Internet cuando te lo entregan hay cosas que faltan.Esta semana, ya pasada, han reforzado las medidas de confinamiento: solo se puede salir a trabajar si lo haces en una actividad esencial. Claro que actividad esencial hay muchas .. pero por ejemplo la obra del estadio de fútbol que hay enfrente de mi casa la han parado. A mi me parecía una barbaridad que estuvieran trabajando a partir de las medidas de alarma del 14 de marzo. Todos los días a las 20 horas salimos a aplaudir. Es un gesto, pero los gestos son importantes. También sirve de entretenimiento y referencia a Garnavmi.El tiempo pasa y corre a nuestro favor. Si pensamos en el intervalo típico de tiempo de un contagio, de 5 a 7 días, atrás queda el viaje a Noruega, las ‘semana de gloria’, la del 1 al 8 de marzo cuando el desastre estaba y no eramos conscientes, o inconscientes en algún caso, la semana siguiente de inquietud y la primera de confinamiento. Es decir que un contagio ya sería dentro de casa, y con las precauciones tomadas, el riesgo es muy bajo. Pero no hay que bajar la guardia. La enfermedad habrá que pasarla pero cuanto más tarde mejor. Cuando haya menos confusión y más información.Las fotos que acompañan al texto, salvo tres obvias, son de esta semana que he estado un poco más activo. Los dos retratos, bueno retrato y autorretrato, están hechos experimentando con la luz. La de Garnavmi está capturada con la abundante luz natural de la terraza donde hacemos deporte, sin ningún tipo de modificador. La mía con flash y paraguas translucido y un reflector que como no tenía como sujetarlo, tengo mis dudas si ha influido algo. Seguiremos probando luces. Por cierto he hecho trampas y me he aplicado un poco de filtro suavizador de piel :D. En las dos el fondo es mejorable, otra cosa a estudiar. Las fotos anacrónicas son consecuencia del repaso que voy dando por directorios del disco duro para limpiar de fotos que no es necesario tener en linea. He tenido ganas de poner espacios abiertos.
Andando en el 2020
Ya han pasado varios días del año 2020 y no he estrenado el diario. La realidad es que las últimas fotos que he hecho fueron en la noche vieja así que se puede decir que tampoco he estrenado la fotografía este año. La tarde del 31 de diciembre, esa tarde tonta como la del 24 que no haces otra cosa más que esperar, para matar el tiempo, hasta que me dieran las uvas, me dí un paseo hasta el embarcadero de la Albufera. Llegue un poco tarde para tomar fotos de la puesta de sol pero alguna hice. El cielo sin nubes era muy aburrido pero el sol tenía un intenso color rojo según caía en el horizonte que dejó un tono anaranjado en las aguas bien calmadas en tarde sin viento. En la foto de la entrada el cielo tiene un filtro azul graduado para darle algo más de vida.No fue esta la última foto del 2019. La última fue un posado familiar de los que esperábamos al cambio de año para probar el encuadre y el flash pues como otros años preparé un intervalo de disparos para fotografiarnos mientras nos comemos las uvas. Lógicamente la primer foto del 2020 fue una de la familia zampando uvas a ritmo de campanadas pero como no salimos muy agraciados daremos el privilegio de primera foto al brindis al 2020 que hicimos para compartir con resto de familia y amigos.Y desde entonces no he tocado el disparador de ninguna cámara. Ya llegará la inspiración o nuevos viajes.