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Snaefellsnes

Vista desde F570, Islandia agosto 2018

Vista desde F570, Islandia agosto 2018

Estos días desde la vuelta a la rutina he ido procesando, a mi ritmo, fotografías del viaje, así que ya estoy en condiciones de ir mostrando en este diario alguna foto acompañada del breve comentario habitual. El primer día de nuestro viaje nos movimos desde Reykiavik hacia la península de Snaefellsnes para dormir en un bonito hotel en Hellnar.
Snæfellsjökull, agosto 2018

Snæfellsjökull, agosto 2018

Snaefellnes no estaba contemplada en mi boceto de viaje. Está vez, en vez de organizar todo el viaje por nuestra cuenta, decidimos recurrir a una agencia para buscar los hoteles y el vuelo. Como siempre, lo primero que hice fue determinar los puntos de interés a lo largo de la isla. Cuando empezamos a mirar alojamientos vimos que había muchos pero casi todos pequeños y con pocas plazas disponibles.
Iglesia de Hellnar. Islandia agosto 2018

Iglesia de Hellnar. Islandia agosto 2018

En muchos casos las agencias tienen reservadas un número de plazas de por sí y quedan pocas a disposición de los que van por libre, así ante la duda de si seríamos capaces de lograr alojamientos le pasamos a la agencia nuestra ruta y ella, además de buscar los alojamientos, adaptó nuestro recorrido añadiendo la península de Snaefellsnes.
Snaefellsnes, crater rojo, agosto 2018

Snaefellsnes, crater rojo, agosto 2018

Todo un acierto. Si me preguntan por un solo sitio que visitar en Islandia diría que Snaefellness. Alrededor del volcán que da el nombre a la península, y que Julio Verne imaginó como la puerta de entrada al centro de la tierra, se encuentran un montón de lugares de interés. Tuvimos mucha suerte con el tiempo pues ni lluvia ni viento nos acompañaron.
Kirkjufell, Islandia agosto 2018

Kirkjufell, Islandia agosto 2018

Desde Snaefellness partimos hacia el norte, a Akureyri, un largo viaje bordeando los fiordos del oeste. Disfrutamos de las vistas pero solo paramos en la zona de Hvítserkur para ver esa sorprendente roca en el mar.
Hvítserkur. Islandia agosto 2018

Hvítserkur. Islandia agosto 2018


PD. He tardado más de lo esperado en terminar esta entrada. Ha sido un mes de Septiembre complicado en el trabajo y además estoy empezando a procesar las fotografías con un nuevo programa y hay que superar la eminada cuesta del aprendizaje. Por el camino se ha consumido el verano de 2018, si bien se agarra como lapa para no irse del todo. En los lugares que lo he pasado ha sido un verano con pocas «olas de calor», pero a cambio las temperaturas mínimas han sido altas.

Hielandia

Vatnajökull, Islandia agosto 2018

Vatnajökull, Islandia agosto 2018

La traca final del verano ha sido un viaje a Islandia, 9 días y un rato para dar una vuelta (literal) a la isla. Hemos recorrido la «ring road», la 1, en sentido horario con incursiones hacía el interior y la costa. Espectacular, toda la isla es un inmeso parque natural
Carretera 95, Islandia, agosto 2018

Carretera 95, Islandia, agosto 2018

Paisajes poderosos, carreteras rudas y omnipresentes ovejas. Sol, nubes, lluvia y viento revueltos en combinaciones aleatorias de composición y duración. Esta agitación climática provoca que Islandia sea el país de los arco iris. Nunca antes había visto tantos.
Arco Iris, Dyrhólavegur, Islandia 2018

Arco Iris, Dyrhólavegur, Islandia 2018

En el viaje he hecho muchas fotos, algunas buenas, algunas malas, nuchas regulares. Fotos sobre todo de paisajes, obvio, pero también algún animalito y, como no, alguna urbana-conceptual. El equipo fotográfico el habitual de los viajes X-T1 + 18-135 mm con alguna esporádica aparición del 12 mm y el trípode.
Krafla, Islandia agosto 2018

Krafla, Islandia agosto 2018

En este viaje le he dado caña al equipo: Lo he mojado en cascadas y lluvias, se me ha caído al suelo la cámara :O, he perdido el protector del ocular … A día de hoy parece que todo funciona correctamente, menos mal, es resistente tal como dice. Iremos poniendo fotografías en los próximos días según vayamos procesando.
Djúpalónssandur, Islandia agosto 2018

Djúpalónssandur, Islandia agosto 2018


PD. Noviembre de 2018: La cámara está en el servicio técnico. Finalmente sí parece que la caída ha tenido repercusiones. Las fotos con tele, de 70 a 135, tienen falta de nitidez, borrosidad.

Más de Estocolmo, sin más.

Alicia, Estocolomo julio 2018

Alicia, Estocolomo julio 2018

En los viajes hago muchas fotos de las que llamo «sin más». Veo algo que me llama la atención y lo capturo. En Estocolmo hice unas cuantas.
Serio, Estocolmo julio 2018

Serio, Estocolmo julio 2018

Mientras preparo una entrada «especial» sobre el metro, pongo cinco fotos, cinco.
21-18, Estocolmo 2018

21-18, Estocolmo 2018

Las dos primeras, Alicia y el tio serio, están tomadas en Galam Stan.
Bajada al infierno, Estocolmo julio 2018

Bajada al infierno, Estocolmo julio 2018

El reflejo de la proa del barco rompehielos Sankt Erik, la escalera del modernista hotel Berns …
Cuervo, Estocolmo julio 2018

Cuervo, Estocolmo julio 2018

… Y uno de los miles inquietantes cuervos de Kungstradgarden completan la quíntupla.
PD. Hemos superado el primer tercio del verano, y salvo justamente el primer fin de semana a finales de junio, no hemos tenido altas temperaturas. Que siga así.

Estocolmo

Stortorget, Gamla Stan, julio 2018

Stortorget, Gamla Stan, julio 2018

No era la primera vez que pisábamos Suecia pero la anterior vez no salimos de las estaciones de trenes por el temporal que había en el exterior. Estocolmo es una ciudad bonita, apacible, tranquila, limpia, limpia … por proximidad geográfica y social recuerda a Copenhague pero más grande. Y con mucho turismo por ser puerto de cruceros. El tiempo magnífico, como una primavera madrileña pero al borde del mar.
Fotografiska, julio 2018

Fotografiska, julio 2018


Realmente lo que visitamos, pateamos a base de bien, fue el centro histórico. Esa es la visión de Estocolmo que nos llevamos, la del turista, no tuvimos oportunidad de salir algo más y percibir la vida cotidiana de los residentes como hicimos en Copenhague. Llegamos en sábado al mediodía, localizar el hotel e ir a comer. Cerca del hotel teníamos el Kungsträdgården, un parque con restaurantes muy agradable para comer y con una bandada enorme de cuervos que te amenizan la comida y sobremesa. Ese sábado el equipo de fútbol de Suecia jugaba los cuartos de final del campeonato del mundo contra Inglaterra a las 16:00 así que había mucha gente vestida con camisetas amarillas, el color de su selección nacional. Gente que desapareció de las calles y se concentraron en bares para ver el partido.
Af Chapman, julio 2018

Af Chapman, julio 2018

Nosotros a lo nuestro y de una tacada nos vimos Gamla Stan, el casco histórico, y Katarina-Sofia barrio de moda para jóvenes, seguramente con buenos recursos económicos. A pesar de que tienen muchas obras en marcha, que afean las fotografías, las casas de Estocolmo, sean del siglo XVI o del XX, están en perfecto estado de conservación.
Mientras tanto el equipo de fútbol sueco perdía y al acabar el partido se volvieron a llenar las calles. No sé que hubiera pasado de haber ganado, tal vez veríamos borrachos rodar por el suelo pero lo que vimos fue todo civismo … y limpieza. Gran diferencia con España que en cuanto hay concentración de masas, y más si se trata de fútbol, hay concentración de basura.
Vista desde el Ayuntamiento, julio 2018

Vista desde el Ayuntamiento, julio 2018

El día, que había salido con muchas nubes, nos regaló una puesta de sol espectacular y eterna. A estas alturas del año, allí, la luz no se va del todo, noche casi no hay. Paseamos por el borde del mar aunque no tienes mucha sensación de ello, el puzzle de islas hace que tengas más sensación de rio, lago y canales que de Mar Báltico.

Maria hissen, Estocolmo, julio 2018

Maria hissen, Estocolmo, julio 2018

El domingo nos fuimos a subir a la torre del ayuntamiento. Desde allí se tienen buenas vistas. Ese día fue caluroso así que buscamos las sombras y tomamos un barquito en las horas álgidas de sol. Pasamos un buen rato en la isla Djurgården, observando aves principalmente las ocas que acosan a los que pretenden merendar en el parque. Enfrente del museo Vasa hay dos barcos que se pueden visitar por dentro gratuitamente: Un rompehielos y un barco faro.

Barco faro, Estocolmo, julio 2018

Barco faro, Estocolmo, julio 2018

Visitamos ambos, muy entretenidos de ver sobre todo el rompehielos que puedes bajar hasta las profundidades del cuarto de máquinas. Para finalizar el día fuimos al mirador de Monteliusvägen pero la puesta de sol ya no fue tan espectacular como la del sábado.

El avión de vuelta despegaba a media tarde así que teníamos la mañana y el mediodía del lunes para ver los últimos puntos de interés que teníamos marcados: Las tiendas de ropa y material de senderismo, el mercado Hötorgshallen, la comercial Calle Drottning y por supuesto el metro. Las tiendas bien, y el metro genial, estuvimos en 4 estaciones e hice un montón de fotos con los motivos artísticos. Lástima que el nivel lumínico es muy bajo.

Metro Estocolmo, julio 2018

Metro Estocolmo, julio 2018

La calle comercial y el mercado nada especial. Bueno, si. Para lo caro que está tomarte una copa de vino en los restaurantes, mínimo 10€ y de vinos desconocidos, en el mercado hay una tienda de vinos que los precios, al menos de los vinos españoles que conocía, son muy ajustados. Si hablamos de restauración encontramos Estocolmo caro. Como siempre comimos la comida local y encontramos mucha variedad: ensaladas con arenque, salmón o carne de reno y patatas en salsa cremosa. Suecia está haciendo lo imposible por acabar con el dinero físico. Puedes pagar con tarjeta en cualquier sitio cualquier cantidad y en algunos sitio exclusivamente con tarjeta.
Cash free, julio 2018

Cash free, julio 2018