Paseo por Bretaña
Como todo viaje, además de lo que visitas, ganas, al menos por un rato, lo que dejas atrás y las experiencias nuevas que vives en el camino. Nos lo hemos pasado muy bien y hemos disfrutado de la convivencia. En cuanto al tiempo, a pesar de que no hemos visto mucho el sol, no nos podemos quejar. La lluvia, presente todos los días, no nos ha obligado a dejar de hacer nada y el tiempo fresco ha sido muy adecuado para andar. Pongo unas primeras fotos para que nop pase tiempo sin subir nada al diario. El equipo fotográfico que he llevado ha sido el propio para hacer fotos de recuerdos de un viaje: X-T5 con 18-135. Como es habitual desde el viaje a Tanzania, llevo en la maleta otro cuerpo, la X-T1, y por si acaso el 12 y también el trípode pues había una fotografía que sí quería hacer bien, la del Mont Saint-Michel por la noche o al atardecer. La verdad es que con solo X-T5 y 18-135 hubiera hecho el 95% o más de la fotografías.
Aprovecho la ocasión para avisar de que tengo que cambiar el servidor. Tras varios años de ‘servidor gratuito para toda la vida’ el proveedor del dominio ha cambiado el discurso a un ‘descuento de 20 euros’ y con las subidas de precios de licencias, todo sube menos nuestro salario, voy a tener que pagar cosa que no ando por la labor. Estoy viendo alternativas. Continuará …
Algo más de El Hierro
Estoy acabando de procesar las fotos del viaje y quiero poner alguna más para el recuerdo. En vez de repetir los paisajes, en esta ocasión voy a mostrar fotografías algo más urbanas donde la mano del hombre ha alterado el paisaje.
Mención especial para los miradores que tiene la isla. Aprovechando los grandes desniveles, han diseñando unos miradores muy bonitos, con mucho gusto, que si la niebla te lo permite, tienen una vista espectacular. César Manrique diseñó el de La Peña, muy bien integrado en el entorno tanto el edificio, un restaurante, como los paseos y los jardines. El resto no desmerecen: Isora, Jinama, Las Playas, Lomo Negro, El Julan … El único en el que no pudimos apreciar las vistas fue el de La Llanía, estábamos completamente envueltos en la niebla.Edificios extraordinarios, la isla, no tiene muchos. En La Frontera hay un llamativo campo de lucha canaria de color rojo intenso. Al lado del campo de lucha se encuentra la iglesia de la Candelaria que tiene de peculiar que el campanario está separado de la iglesia y se asienta sobre una colina rojiza de origen volcánico destacando sobre el azul del mar y el cielo.
En el Hierro, no hay muchas playa de arena, creo que dos, y una la vimos y distaba mucho del concepto de playa mediterránea o del caribe, de largas distancias de arena fina. Para disfrutar del mar se aprovechan las calas donde se forman charcas que se llenan de agua con el oleaje y la marea alta. En estos sitios hay escalerillas que te permiten bajar al agua transparente. Algunas de estas «piscinas» son completamente naturales, otras se han forzado, o reforzado, como es el caso de La Maceta, fantástico lugar para tomar un baño. ¡Lo hicimos!
La forma tradicional de hacer casas era a base de piedra de lava. Hoy todavía se ven algunas construcciones que se hacen con este material para viviendas que se quieren integrar en el paisaje. Por suerte, en la isla, no vimos ningún desmán urbanístico, es de agradecer. Puede que una de las razones sea que casi toda la isla es reserva de la biosfera y está controlado. O tal vez porque el turismo tardó en llegar con lo que los temas medioambientales ya se tuvieron en cuenta en su desarrollo. Lo que no quita que alguna vivienda sea fea, como en todos los sitios. La isla no está para turismo masivo, es un territorio escaso de agua y condicionado por una orografía accidentada. Las carreteras bien en general pero son estrechas y con mucha curva. Imaginar esas carreteras con tráfico abundante es soñar una pesadilla Además, el transporte desde el exterior no facilita las cosas, pocos barcos y un aeropuerto pequeño. No hay grandes zonas hoteleras, para mi eso es otro punto a favor de El Hierro. Habrá intereses económicos que vean esto como una deficiencia, pero «vender» la isla como reducto de turismo sostenible, ecológico me parece no solo un acierto sino la única solución razonable al problema de convivir con un entorno difícil. Menos ‘sol y playa’ y más senderos. No me importaría volver.El Hierro
El hierro, la última de las Islas Canarios que me quedaba por ver. La hemos visitado, aprovechando el puente de primeros de mayo que los que trabajamos en Madrid tenemos, pasando cuatros días en la Isla.
La hemos recorrido de arriba abajo y de derecha a izquierda, buscando puestos de interés, y por supuesto, fotográficos.
Lo más impactante de la isla es el cambio de paisajes en poca distancia horizontal pero mucha vertical. Y es que la isla es una pura pendiente.
Esos desniveles y su origen volcánico, modelan un paisaje rotundo, contundente y variado.
Como muchos veces me pasa, al ver los fotografías que he hecho me da la impresión que no he sido capaz de retratar con justicia lo que he visto, no he estado a la altura. Para ese menester de dejar un recuerdo en forma de reportaje fotográfico he cargado con el equipo Nikon, ya que la mayor parte de las fotos iban a ser paisajes.
No he aprovechado, salvo una tarde de sosa puesta de sol, los ‘horas buenas’: El amanecer, el atardecer, los horas dorados y las horas azules, las nocturnas … Por la logística, teníamos el alojamiento un tanto retirado, pero también por la orografía de la isla con carreteras nada fáciles. Bueno, sinceramente, también por la pereza que me da salir después de cenar o de levantarme temprano.
No me importaría volver.