Archivo de la categoría: Sociales

Trinidad

De Cienfuegos a Trinidad fuimos por carreteras cercanas a la costa. Era una mañana apacible y soleada. Y salvo por algún tramo en obra fue un plácido viaje observando el paisaje. Cuando la carretera se aproxima al mar el gris asfalto se torna rosado por la multitud de cangrejos aplastados.

Paisaje cerca de Trinidad, abril 2010

Paisaje cerca de Trinidad, abril 2010

La llegada a Trinidad fue agobiante. Nos pareció que en Cuba las personas tienen mucha mayor actividad por las mañanas que el resto del día, desaparecen por la tarde, y Trinidad no fue una excepción, las calles estrechas, de adoquines, empinadas estaban abarrotadas de gente. Gente además que no paraban de decirte cosas … por ahí no, está prohibido,  para abajo, ¿necesitas casa?, una cierta presión que se aumentaba con el calor del día.

En una de estas se nos planta delante del coche un tipo y nos dice ¿Qué casa buscáis? Yirina y Chichi, Ah bien yo soy Chichi, me subo y os llevo. Jaja. Esa ya nos la sabíamos y le dijimos que no que la buscamos nosotros. Y dice, ir a la casa que ahí os espera mi mujer. Yirina nos dijo que no estaba casada. 😀

Calle de Trinidad

Calle de Trinidad

Encontramos la casa y a la vez un problema. Yirina empezó a decirnos que las anteriores personas estaban enfermas y que no habían podido dejar la habitación que nos daban otra casa. Nos negamos, que cambiaran ellos. Entonces nos pidío que fuéramos a dar una vuelta mientras resolvía el tema.La verdad es que no nos fiamos de ella. Si hasta entonces con María Luisa en Viñales e Isabel en Cienfuegos habíamos «conectado» con esta señora pues no.

Trinidad, su centro turístico, no es muy grande. Es muy bonito porque conserva el aspecto de la época colonial en sus casas y en sus calles pero se te acaba rápido. Tiene muchos puestos de artesanía sobre todo de tejidos pero que se les nota muy pensados para el turismo. Eso si que lo notamos, que era un sitio excesivamente turístico pero que no había casi turistas y los que estábamos, eramos codiciados objetos del deseo. Hasta entonces no sabíamos la que el volcán Eyjafjallajökull había montado en el espacio aéreo. Un detalle que habíamos notado por las carreteras de Cienfuegos era que los autobuses turísticos iban vacios.

Tras este primer paseo volvimos a la casa y como nos temiámos la habitación no estaba libre, otra excusa distinta y al final para no amargarnos el viaje  ni perder tiempo cambiamos de casa. La de Marla y Fernando, peor casa pero al menos Fernando era un gran cocinero.

Músicos cubanos Trinidad abril 2010

Músicos cubanos Trinidad abril 2010

Una vez vista Trinidad decidimos con el calor de las primeras horas de la tarde ir a ver el  Ingenio de Manaca – Iznaga. Como fue algo especial le reservo su propio espacio.

De vuelta a Trinidad volvimos a patear el centro, entramos en el museo de la ciudad, tomamos una cerveza en la casa de la música,  y subimos a una ermita a las afueras de la ciudad. En esta ermita y mientras sobre nuestras cabezas  las nubes prometían una gran tormenta que finalmente no hubo, había una vieja sombrerera haciendo sus sombreros. Le compramos uno y vimos como los hacía.

Iglesia de la Santísima Trinidad

Iglesia de la Santísima Trinidad, abril 2010

Esa noche cenamos cocinado por Fernando un pescado empanado que nunca he tomado uno mejor.  A la mañana siguiente madrugamos para ir a Bahía de Cochinos de vuelta a La Habana dejando Trinidad, muy bonita pero que nos faltó algo para apreciarla tanto como Cienfuegos.

Galería de fotos de Trinidad

Martes de carnaval

Desde que leí el libro con ese título de Valle-Inclán ha sido un día que no falta en mi pensamiento cada año. No solo por el libro! también por su significado festivo.  Me gusta esa celebración antigua antes de caer en el tenebroso mundo de la penitencia religiosa. Hace mucho años que no deja de ser un día normal en mi vida, pero está en mi mente una sensación festiva,  reminiscencia de la época juvenil. Martes de carnaval.

Máscaras, Isa de Burano. Enero 2011

Máscaras, Isla de Burano. Enero 2011

 

El ponchero de Viñales

Camino de Cayo Jutías, al salir de Viñales, recogimos a una señora, su hija y su nieta. La hija y la nieta se bajaron pronto y seguimos con la señora hacia Pons. Antes de llegar vimos a otra señora y decidí parar. A la que llevábamos dentro no le hizo mucha gracia. Pronto vimos que tenían diferencias sociales. La última era más «popular» que la primera que era mucho más educada en su hablar.

La señora recién llegada en seguida nos dijo que teníamos que ir a ver Minas de Matahambre y que nos daba un pan de no se qué si de vuelta la recogíamos .  La otra le dijo que íbamos al Cayo y que no pasábamos por Minas y en definitiva que no nos liara. Aunque nosotros escarmentados del paso por San Luis, aunque al final fue interesante, teníamos claro que no íbamos a desviarnos.

Cayo Jutías.  Cuba, abril 2010

Cayo Jutías. Cuba, abril 2010

Llegamos a Pons y dejamos a la primera señora que nos indicó donde estaba su casa por si en algún momento necesitábamos algo. Todo educación. La señora de Minas siguío con su retahíla  hasta que por fin al llegar a Santa Lucia dijo «pararme aquí, vivo ahí». Lamentablemente miré hacía donde señalaba a la vez que sacaba el coche hacía la cuneta para parar sin fijarme en que el asfalto acababa bruscamente en forma de sierra. Ahí metí una rueda trasera.

Al principio no le di mayor importancia, dejamos a la señora y seguimos hacía el Cayo. Al parar en el primer puesto del Minint (policia) miré la rueda porque me parecía que iba haciendo ruido sospechoso y justo …. pinchada.

En mi vida he cambiado una rueda 😀 y tenía que ser la primera en Cuba. Pero ahí Navburis reaccionó con rapidez y les pidió a los policías si podían cambiárnosla! Sin ningún problema! El jefe negro de dos metros puso a trabajar al chaval joven que era blanco. Al minuto teníamos unos cuantos chavales y un señor gordito mirando. El señor gordito iba dando sugerencias, menos mal porque creo que los policías estaban tan ‘pegados’ como nosotros en el tema.  Pero todo fue sobre ruedas y llegamos al Cayo. Quisimos darles 5 CUC a los policías y no quisieron cogerlos así que se lo dimos al gordito para que se los diera él.

A la vuelta del Cayo nos pusimos en contacto con Havanacar en Viñales pues no era plan visto lo visto circular sin rueda de repuesto. Teníamos dos opciones, ir a Pinar del Rio en cuyo caso la reparación la cubrían ellos o por nuestra cuenta al «ponchero» de Viñales por nuestra cuenta pero con la garantía de acabar rápido con el tema. Y eso nos importaba más, no perder tiempo con el asunto.

Ponchera, Viñales abril 2010

Ponchera, Viñales abril 2010

La ponchera … primera vez que oíamos ese curioso término.  Y sorprendidos estábamos al entrar en el cobertizo que hacía de taller. Ruedas lisas lisas que se siguen reparando y todo con herramientas antiguas.  Parecia una vuelta atrás en el tiempo, me acordaba yo del taller de mi abuelo Julián y el Señor Sanchís arreglando todo tipo de aparatos eléctricos que estaban esparcidos por los rincones de la tienda . Qué belleza la reparación, la reutilización, frente al usar y tirar de la sociedad consumista.

El ponchero, el Mayo, nos dijo que no nos preocupáramos que nos diéramos uan vuelta que el arreglaba el pinchazo dándole prioridad porque eramos turistas, recomendados por el «gerente»,  que veníamos de lejos y no podíamos perder el tiempo. Y de paso: ‘No como yo que ni siquiera puedo ir a Santiago de Cuba’ …  Y sobre el precio que no nos preocupáramos que valoráramos nosotros su trabajo y le pagáramos, cien o mil, lo que nosotros consideráramos.

El Mayo, Viñales abril 2010

El Mayo, Viñales abril 2010

Para nosotros poco acostumbrados a estas prácticas de no fijar precio nos dejó un tanto preocupados, pues tu quieres pagar lo que es justo, no quedar como un rata ni como un primo. Nos fuimos a ver la Cueva del Indio y antes de pasar a por nuestra rueda decidimos preguntar en la casa donde nos alojábamos por el precio que deberíamos pagar. Nos indicaron 2 o 3 CUC así que decidimos que 5.  Cuando llegamos a la ponchera el Mayo estaba con más gente así que nos indicó que fuéramos a la gasolinera de Viñales a verificar la presión de las ruedas.  Yo pienso que buscaba esa discreción que todos preferimos al tratar con Don Dinero :). Le dimos los 5 CUC, creemos que le pareció justo, y nos despedimos de él satisfecho con su artesanal trabajo. La rueda llegó impecable hasta el final del viaje!

Tiempos pavorosos

La «crisis económica» que sufrimos no me da que sea simplemente una crisis que pasará en algún momento. Tengo la sensación que es un cambio de modelo, de época. Para empezar esta provocando ciertas ranuras en la cohesión de los países de la Unión Europea. Por otro lado cada vez noto más desconfianza de la sociedad hacia el sistema financiero. La credibilidad de los profesionales y políticos está bajo mínimos. La única salida que parece que tienen en mente es el recorte de los beneficios sociales. Entonces ¿de que nos sirve tanta parafernalia estatal?

Y no solo es la cuestión financiera, hay otros indicios que percibo. Hay cambios en los valores, ahora veo muchas oportunidades donde se valora más lo colectivo (patria, religión) por encima del individuo. Lo malo malo es cuando nos encontramos que hay muchas patrias y muchas religiones, y todos empeñados que la suya es la mejor, la única, la verdadera. Foco de conflictos asegurado..

Artista callejero, Madrid noviembre 2010

Artista callejero, Madrid noviembre 2010

Y más cambios que van a condicionar la vida futura. A mi no me extraña lo revelado por Wikileaks ya que las cloacas del estado son siempre unas cloacas. Y no hay estado que no las tenga. Poderosa razón la del estado. Lo que si impresiona es que en este mundo globalizado hay determinadas cosas que estábamos acostumbrados a tener y se van a perder. Nadie ni nada va a estar a salvo de tener sus actos ocultos. Voluntariamente (redes sociales) o involuntariamente (descuidos, filtraciones, hackers …) todo sale a la luz.

Tiempos de cambio, tal vez interesantes desde el punto de vista histórico, pero los que hemos vivido la feliz época de la segunda mitad del siglo XX son tiempos pavorosos.

Todo esto en el mundo occidental, el primer mundo. Por que en otros sitios todo sigue igual, se mueren de hambre.