Archivo por meses: mayo 2017

Takayama

Esperaba algo más de Takayama. Cuando leí y vi sobre Takayama me vino el recuerdo de HoiAn, en Vietnam, una pequeña ciudad que mantiene el sabor antiguo y tradicional. Y así es, Takayama es ciudad pequeña en las montañas y que le queda lo antiguo y tradicional pero con menos sabor que la vietnamita.

Takyama, abril 2017

Takyama, abril 2017

Takayama está a algo más de 3 horas de Kioto en tren. Lo habitual es pasar una noche allí y hacerlo en un ryokan con onsen pero a nosotros nos echaba atrás el ir con las maletas así que nos decidimos hacerlo en el día a pesar del tiempo que consumes en la ida y vuelta.
Mercado Takayama, abril 2017

Mercado Takayama, abril 2017

Llegamos sobre las 11 y lo primero que hicimos fue acercarnos al mercado que sabíamos que cerraba pronto. Cuando llegamos ciertamente no habían muchos puestos pero creo que en cualquier caso no es un gran mercado, nada que ver con el de HoiAn y no vamos a comparar las dos ciudades más. Siguiendo con el plan previsto del mercado fuimos a recorrer el camino de Higashiyama empezando por el círculo del Shiroyama Park. El caso es que el camino estaba parcialmente nevado y no veíamos a ningún turista, solo nos cruzamos con dos nativos, con uno de los cuales intentamos hablar para saber si íbamos bien y no fuimos capaces de entendernos.
Higashiyama Walking Course, abril 2017

Higashiyama Walking Course, abril 2017

El paseo desde luego es muy bonito y relajante, de lo mejor para empezar una mañana como la que teníamos, algo fresca pero muy soleada. Completamos el círculo y decidimos bajar al pueblo y empezar por el otro extremo ante la duda que el camino estuviera nevado y tuviéramos que retroceder. El caso es que donde se supone que empezaba el camino no lo veíamos. Y tampoco veíamos a ninguna persona! Estuvimos dando vueltas tontamente sin dar con él hasta que encontré una escalera que subía a un sendero impracticable pues estaba lleno de ramas y maleza probablemente por un temporal reciente.
Templo Soyuuji, Takayama abril 2017

Templo Soyuuji, Takayama abril 2017

Desistimos de recorrer el sendero y volvimos al centro urbano a ver las calles de la parte antigua de Takayama. Hasta ese momento nos sentíamos como los únicos turistas, la razón es que estaban todos en las calles viejas, al parecer a nadie le había dado por andar por el campo salvo a nosotros.
Arquitectura tradicional, Takayama, abril 2017

Arquitectura tradicional, Takayama, abril 2017

Las casas mantienen la estructura antigua, son del 1600-1800 y están muy bien conservadas. Por supuesto la mayoría son tiendas de artesanía o productos propios como el sake, restaurantes, museos, … pero hay alguna que parece un hogar.
Pagoda Hida Kokubunji, Takayama abril 2017

Pagoda Hida Kokubunji, Takayama abril 2017

El buey de Kobe tiene una merecida fama de carne espectacular pero sin duda la ternera de Hida es como poco igual de exquisita. Takayama está en la región donde se crían esas vacas así que está lleno de restaurantes donde la puedes comer. Buscamos uno que nos pareció adecuado y fuimos a por ella. No es una carne barata, tiene distintos niveles y grados para medir su calidad. Queríamos probar la mejor y siendo prudentes pedimos además una de menor calidad para completar. Acabamos pidiendo otra ración de la mejor. La hicimos en la barbacoa típica japonesa a la brasa vuelta y vuelta acompañada de verduras. Una maravilla.
Puente Nakabashi, Takayama, abril 2017

Puente Nakabashi, Takayama, abril 2017

Después de comer seguimos viendo la zona antigua, compramos alguna cosa y entramos en una degustación de sake pensando que era de misu :D. El sol iba bajando y un viento frio, que sonaba a despedida, corría por las calles. Takayama estaba ya vista. El billete de vuelta era a las 18:46 con llegada a las 22 a Kyoto …tarde para cenar. A las 16:30 salía otro, fuimos rápidos a la estación a ver si podíamos cambiar el billete y así fue. He de reconocer que Takayama tiene cosas bonitas pero el mejor recuerdo que me queda es la ternera de Hida. Lamentablemente me dediqué a comer y no tengo una buena foto de la carne pero creo que tardaré en olvidarme.
Tanuki, Takayama abril 2017

Tanuki, Takayama abril 2017

Nara

Nara Todaiji abril 2017

Nara Todaiji abril 2017

Nara está cerca de Kioto por lo que es una excursión habitual de un día. Los principales alicientes de Nara, antigua capital medieval, son templos y ciervos. Los ciervos sika, semi-domesticados, se acercan sin miedo a las personas. Sin miedo y con mucho morro pues acostumbrados a que les den de comer, meten el hocico y muerden donde piensan que puede haber comida.
Novios y ciervos. Nara abril 2017

Novios y ciervos. Nara abril 2017

Buen mordisco le dieron al plano que llevábamos. Paseamos por el parque de Nara y visitamos el templo de Todaiji que tiene uan gigantesca estatua de Buda (daibutsu) en su interior.
Nara, Buda de Todaiji, abril 2017

Nara, Buda de Todaiji, abril 2017

Un elemento característico de los templos y santuarios japoneses son las linternas de piedra. En el santuario Kasug hay multitud de ellas, tanto dentro del templo como en los caminos que llevan a él.
Nara, monjes sintoistas, abril 2017

Nara, monjes sintoistas, abril 2017

En este santuario pudimos ver a un grupo de monjes sintoistas desplazarse de un lugar a otro. El entorno, los ciervos, las linternas y los monjes te daban sensación de traslado a otra época. Comimos en un tuguriete bastante popular. Había que ver a la señora que atendía disfrazada de ciervo … no me atreví a hacerle foto, que se la merecía. Salimos del parque y nos adentramos en el barrio antiguo de Naramachi a ver casas y tiendas tradicionales.
En Naramachi, abril 2017

En Naramachi, abril 2017

Y de ahí vuelta a Kioto.

Arashiyama

Cementerio, Arashiyama abril 2017

Cementerio, Arashiyama abril 2017

Arashiyama ha sido uno de los sitios que más me han gustado del viaje. Fuimos una tarde que diluviaba y aquello desmerecía el sitio así que decidimos volver otro día. Fuimos a primera hora de una mañana muy luminosa. Lo primero que vimos fue el bosque de bambú, impresionante. Y a esa hora casi estábamos solos.
Bosque de Bambú, Arashiyama abril 2017

Bosque de Bambú, Arashiyama abril 2017

De ahí fuimos andando a Otagi Nenbutsuji el templo más alejado. El paseo fue muy agradable viendo unas casas ideales para vivir, sencillas pero muy floridas y seguramente muy caras. De paso al templo vimos alguno más pero sin entrar y también pasamos por la calle Saga-Toriimoto. El templo Otagi es una reconstrucción del original. Las 1200 estatuas son recientes, de los años 1980 y 1990, pero merece la pena verlas.
Otagi Nenbutsuji abril 2017

Otagi Nenbutsuji abril 2017

De vuelta hacia el puente Togetsukyo podimos observar la transformación del entorno, ahora estaba repleto de gente el camino del bosque. Ahí al lado del puente pude tomar una foto de unas geishas que iban a cruzar y tuvieron que esperar en un semáforo
Geishas, Arashiyama abril 2017

Geishas, Arashiyama abril 2017

La última visita que decidimos hacer fue el jardín Zen del templo Tenyruji. Precioso, con los cerezos empezando a florecer. He visto fotos en otoño y también es espectacular. Por algo es patrimonio de la humanidad
Jardín Zen Tenyru-ji abril 2017

Jardín Zen Tenyru-ji abril 2017

Una comida rápida de ramen para ella y udon con arenque ahumado para el y a seguir viaje. Aparte de lo relatado aquí Arashiyama tiene otras cuantas visitas interesantes de hacer. Para mi un «debe verse» si vas a Japón.

Kioto

Fushimi Inari, Kioto abril 2017

Fushimi Inari, Kioto abril 2017

Llegamos a Kioto a media mañana con una intensa lluvia que no tuvo a bien parar en todo el día. No ibamos a parar por ello así que comimos en el hotel e hicimos el plan previsto de visitar Fushimi Inari y Arashiyama. El hotel estaba a unos 15 minutos andando de la estación de trenes, verdadero centro de la ciudad. No fue el mejor hotel pero si el más caro. Kioto nos sorprendió pues creíamos que era una ciudad más pequeña pero es grande y las distancias entre los distintas atracciones y la estación suele ser de media hora a cuarenta minutos en autobús. Y además llena de turistas, posiblemente la razón de que nos costara encontrar alojamiento y además caro. Una opción buena para Kioto son los ryokan pero también había problemas para encontrar sitio y a mi, si ya de joven me costaba sentarme en el suelo, ahora con las rodillas machacadas es un suplicio.
Fushimi Inari, Kioto, abril 2017

Fushimi Inari, Kioto, abril 2017

A pesar de la lluvia decidimos seguir con el plan previsto que era, aprovechando el JR pass, visitar Fushimi Inari y Arashiyama ambos cercanos a estaciones de la línea JR. Empezamos por Inari. A pesar de la lluvia había bastante gente al principio del camino, un rio de paraguas. Fushimi Inari es un santuario situado en una colina y el camino sube en túneles de miles de toris. Los primeros tramos estaban llenos de gente y era imposible hacer fotos sosteniendo el paraguas en una mano y e intentando que no saliera la gente. Según íbamos subiendo la masa iba desapareciendo y la lluvia también fue a menos. No subimos hasta arriba, decidimos bajar cuando ya nos cansamos de tanto tori. No creo que haya otro sitio en el mundo con mayor número de toris.
Templo en Fushimi abril 2017

Templo en Fushimi abril 2017

En cada rincón del camino hay un templito con toris y muchos con la figura del zorro (kitsune), el mensajero de Inari. En los toris hay letras escritas, uno puede pensar que se trata de poemas o mensaje sublimes, místicos … pero te sorprendes cuando de repente entre pictogramas japoneses te encuentras «TATOO STUDIO». Inari es un dios que representa varias cosas entre ellas la prosperidad y el éxito y por eso muchas empresas donan toris.
Kitsunes, Fushimi Kioto abril 2017

Kitsunes, Fushimi Kioto abril 2017

Después fuimos a Arashiyama. La luz escaseaba y la lluvia arreciaba así que lo que vimos se vio como pudimos de mala manera. A Arashiyama le dedicaremos una entrada exclusiva pues volvimos dos días después y nos encantó. El segundo día de Kioto salío nublado pero sin lluvia. Por la mañana hicimos excursión a Nara y ya al atardecer volvimos a Kioto a ver Gion y el templo de Kiyomizudera. Para desplazarnos usamos el autobús municipal comprando el billete de un día que en cuanto lo usas más de dos veces te compensa y te evitas tener que ir con el dinero justo para pagar el viaje. EL gran problema de los autobuses es que van hasta arriba sobre todo los que pasan por los sitios turísticos.
Gion, Kioto abril 2017

Gion, Kioto abril 2017

Recorrimos Gion, barrio con sabor antiguo, que salvo la zona del canal que estaba llena de gente haciéndose fotos, estaba a esa hora bastante tranquilo. Está lleno de restaurantes y casas de té muchos de ellas con entretenimiento con geishas por eso en ese barrio esperas poder ver alguna. Pero no es fácil y además no se dejan fotografiar. Vi como una decía un NO rotundo a una turista que le pidió fotografiarla. Y en Potoncho una pobre geisha iba corriendo entre la multitud perseguida por un grupo de fotógrafos.
Pagoda Koyasu, Kioto abril 2017

Pagoda Koyasu, Kioto abril 2017

Después del paseo por Gion nos acercamos a ver el templo de Kiyomizu-dera que tiene iluminación nocturna. Muy bonito pero gran parte del templo está en reparación con un andamio que lo cubre. Al menos el andamio es de maderas y está integrado.
Noche en Kiyomizu-dera, Kioto abril 2017

Noche en Kiyomizu-dera, Kioto abril 2017

El tercer día lo empleamos entero en visitar Takayama, comentarios en entrada aparte. El cuarto y último día en Kioto decidimos no salir de la ciudad, en un primer plan íbamos a visitar el castillo de Himeji pero decidimos dejarlo y además teníamos la espinita de no haber visto Arashiyama. Y eso fue lo primero que hicimos, volver a Arashiyama. De ahí al castillo Nijo, realmente de castillo tiene el foso luego por dentro es más parque y jardín que otra cosa.
Castillo Nijo, Kioto abril 2017

Castillo Nijo, Kioto abril 2017


Un poco tarde dentro de la organización del viaje vimos la posibilidad de ir a ver un festival de danza de Geishas (y Maikos) el Miyako Odori que solo se realiza en el mes de abril. Encontramos entradas por los pelos para el último día de estancia en Kioto y en un lateral que lamentablemente tenía una visibilidad que dejaba de desear. Tradicionalmente esta representación se hace en Gion pero por obras en el teatro se trasladó a la universidad de arte y diseño, un poco alejada del centro. No estaba permitido hacer fotos (ni videos pero había gente con el móvil tan ricamente) pero pude capturar de lejos a una Maiko (creo) en la cafetería
Maiko, Kioto abril 2017

Maiko, Kioto abril 2017

A la salida del espectáculo de nuevo con el petabús nos fuimos a Pontocho una calle estrecha con casas tradicionales que ahora son restaurantes y casas de té. Tantos restaurantes hay que aturdidos para elegir acabamos cenando en un restaurante de cocina francesa. Después de cenar paseamos un rato por Gion hasta que empezó a llover y volvimos al hotel. Noche y fin de estancia. En Kioto se nos quedaron algunas cosas por ver como el paseo de la filosofía así que no me importará volver si alguna vez hay oportunidad.
Kioto último atardecer, abril 2017

Kioto último atardecer, abril 2017