Cementerio, Arashiyama abril 2017

Cementerio, Arashiyama abril 2017

Arashiyama ha sido uno de los sitios que más me han gustado del viaje. Fuimos una tarde que diluviaba y aquello desmerecía el sitio así que decidimos volver otro día. Fuimos a primera hora de una mañana muy luminosa. Lo primero que vimos fue el bosque de bambú, impresionante. Y a esa hora casi estábamos solos.
Bosque de Bambú, Arashiyama abril 2017

Bosque de Bambú, Arashiyama abril 2017

De ahí fuimos andando a Otagi Nenbutsuji el templo más alejado. El paseo fue muy agradable viendo unas casas ideales para vivir, sencillas pero muy floridas y seguramente muy caras. De paso al templo vimos alguno más pero sin entrar y también pasamos por la calle Saga-Toriimoto. El templo Otagi es una reconstrucción del original. Las 1200 estatuas son recientes, de los años 1980 y 1990, pero merece la pena verlas.
Otagi Nenbutsuji abril 2017

Otagi Nenbutsuji abril 2017

De vuelta hacia el puente Togetsukyo podimos observar la transformación del entorno, ahora estaba repleto de gente el camino del bosque. Ahí al lado del puente pude tomar una foto de unas geishas que iban a cruzar y tuvieron que esperar en un semáforo
Geishas, Arashiyama abril 2017

Geishas, Arashiyama abril 2017

La última visita que decidimos hacer fue el jardín Zen del templo Tenyruji. Precioso, con los cerezos empezando a florecer. He visto fotos en otoño y también es espectacular. Por algo es patrimonio de la humanidad
Jardín Zen Tenyru-ji abril 2017

Jardín Zen Tenyru-ji abril 2017

Una comida rápida de ramen para ella y udon con arenque ahumado para el y a seguir viaje. Aparte de lo relatado aquí Arashiyama tiene otras cuantas visitas interesantes de hacer. Para mi un «debe verse» si vas a Japón.