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Primavera 2022

Flores primavera, abril 2022

Flores primavera, abril 2022

La primavera de este 2022 nos pilló en Islandia, aunque para mi ese viaje fue de invierno. Ahora estamos a menos de 2 semanas de que acabe y en este diario no hay una sola foto ni texto sobre ella. A parte de relatar y procesar fotos del viaje de Islandia ¿Qué otras cosas he hecho en mi vida durante este tiempo?
'Hombre', Antequera abril 2022

‘Hombre’, Antequera abril 2022

Pues en esta estación que ya casi finaliza he hecho un par de viajes hacia la provincia de Cádiz, en la que hasta ahora nunca había estado. En el margen de un mes han sido 2 las visitas.
Cádiz, abril 2022

Cádiz, abril 2022

La primera en Semana Santa dentro de un extenso viaje en el que hemos visitado Jaén, Antequera, Grazalema, Zahara de la Sierra, El Bosque, Ubrique, Olvera, El Gastor, Arcos de la Frontera, Ronda, Jeréz de la Frontera, Cádiz, Zahara de los Atunes, Barbate, Sancti Petri, Sanlúcar de Barrameda, Puente Genil, Córdoba y Medina Azahara.
Atún, Zahara de los mismos, abril 2022

Atún, Zahara de los mismos, abril 2022

Casi nada, seguro que me he dejado algún lugar o paraje. Hice bastantes fotos.
Sanlúcar, abril 2022

Sanlúcar, abril 2022

Cuatro semanas después, aprovechando el fin de semana largo de San Isidro, volvimos a visitar la zona gaditana, esta vez alojados en Sancti Petri, haciendo más playa: La Barrosa y Zahora, y paseo por Cádiz. Casi no hice fotos.
Bodega Tio Pepe, Jerez abril 2022

Bodega Tio Pepe, Jerez abril 2022

Aparte de estos periplos gaditanos, poco más, visitas relámpagos a las propiedades de El Saler y Peralejos, ambas con poca producción fotográfica. Y si no fuera por el virus, nada más, con las clásicas actividades de «fin de curso» y cumpleaños, estaríamos encarando ya un verano que será intenso. Pero el bicho ha entrado en casa, de forma leve, por suerte, y nos ha trastocado algún plan.
Córdoba, abril 2022

Córdoba, abril 2022

Islandia 2022. Ultima parte.

El viaje acababa con dos noches de relax en el Blue Lagoon. Pero desde el Jukalsarlon, teníamos un día de transición viajando por el sur de Islandia así que en el camino fuimos parando en sitios que no habíamos visto anteriormente y en alguno que si. El primero sitio elegido para parar era el glaciar Svínafell del parque Skaftafell. En el 2018 nos pilló en ese parque una lluvia muy intensa. Pues esta vez repetimos lluvia pero con más agua todavía. Logramos llegar a ver el glaciar a costa de tener ropa empapada para el resto del viaje.

Svínafellsjökull , Islandia marzo 2022

Svínafellsjökull , Islandia marzo 2022

Más suerte tuvimos al llegar al cañón Fjaðrárgljúfur. En ese momento ya no llovia. Habíamos comido en Kirkjubæjarklaustur donde nos habíamos perdido un poco buscando unas casitas con techo de hierba que no supimos ubicar bien en el inevitable Google Maps. El camino del cañón lo pudimos hacer sin agua pero con barro hasta las orejas. Muy bonito pero lo pillamos con bastante mala luz.
Fjaðrárgljúfur, Islandia marzo 2022

Fjaðrárgljúfur, Islandia marzo 2022

Muy cerca del cañon está Eldhraun, un inmenso y espectacular campo de lava cubierto de musgo que en verano está gris pero en invierno es de un impactante verde intenso.
Eldhraun, Islandia marzo 2022

Eldhraun, Islandia marzo 2022

En el 2018 nos acercamos al aparcamiento desde donde sale el camino para ver los restos de un avión militar americano que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en 1973 y ahí se quedó el fuselaje convirtiéndose en una atracción turística más de las isla. No realizamos en esa ocasión la visita pues era un día lluvioso y nos creímos el cartel que hay que te avisa de que se tarda 2 horas. En esta ocasión la tarde se había despejado, había claros a pesar de no verse el sol y yo ya me había informado que el camino es de 45 minutos. Nos animamos a hacerlo y llegamos al avión. Una pena que no se asomara el sol para tener una bonita puesta con los restos del Douglas C-117D. Volviendo al coche el cielo se iba despejando más, ¿tendríamos noche clara?
Sólheimasandur, Islandia marzo 2022

Sólheimasandur, Islandia marzo 2022

Pero se veía una fuerte niebla en la dirección de nuestro hotel. Y justamente llegamos en medio de la niebla. Pero yo era optimista, solo era niebla, que con un poco de viento podría irse, por encima la previsión era de cielo despejado. Me acosté confiando en que la recepción del hotel me avisaría si se vieran auroras. A las 3 de la mañana me desperté y vi un cielo estrellado por la ventana. Salí, una débil aurora resplandecia sobre las montañas del horizonte. La luz no fue a más, y poco a poco, la niebla volvio a reinar sobre el paisaje. Al menos estuve practicando foto nocturna alrededor de una hora.
Eyjafjöll, Islandia, marzo 2022

Eyjafjöll, Islandia, marzo 2022

Al día siguiente volvimos un poco hacía atrás para ver Sólheimajökull un glaciar que ya habíamos visto en 2018. Al pasar por Skógafoss me gustó una vista un poco lejana de la cascada, con trípode puse un filtro ND para hace una exposición larga. Queda curiosa con el contraste del azul de agua y cielo y el amarillo de la hierba. La nieve del primer día estaba ahora completamente desaparecida. Tal vez queda un poco lejana la cascada.
Sólheimajökull, Islandia marzo 2022

Sólheimajökull, Islandia marzo 2022

Seguimos camino hacia Blue Lagoon con una parada en Strandarkirkja una iglesia tradicional, en un curioso paraje cerca de la costa, uno de los primeros lugares habitados de la isla. Desde las rocas vimos una escena poco común: Focas y cisnes a la vez en el mismo entorno. Para intentar acercarme a las focas puse el 70-300, un objetivo que compré de segunda mano hace varios años y que nunca me ha terminado de gustar pues las fotos siempre quedan sin contraste, con deficiente definición, muertas vamos. Fotografíe la iglesia y otros elementos anexos y al ver las fotos en la pantalla volví a pensar lo poco útil que era ese objetivo. Fue entonces cuando se me ocurrió quitar el filtro UV que protegía la lente, volver a fotografiar y ¡¡Oh, gran sorpresa!! fotos limpias, vivas y definidas. Como tener un objetivo nuevo, estoy deseando probarlo de nuevo :D.
Skógafoss, Islandia marzo 2022

Skógafoss, Islandia marzo 2022

Llegamos a nuestro hotel en la laguna azul. Dejar las maletas y a las aguas termales. No llevé la cámara pues decian que no se permitían «fotografías profesionales» además que sin saber el protocolo no me iba a arriesgar a llevarla. Hice bien, a diferencia de las termas de Myvatn, en esta es muy complicado estar entrando y saliendo para dejar la cámara protegida en la taquilla, una pena. Estuvimos en el agua cerca de una hora. Gratuitamente te dan unas cremas faciales y una bebida que preferimos tomarla mejor fuera. Mientras estuvimos dentro tuvimos lluvia pero no te enteras. Hubieran sido unas bonitas fotos con las cabezas saliendo entre la neblina provocada por la condensación del agua caliente y la ausencia de luz debido a las espesa nubes que teníamos encima, la visibilidad no llegaba a los 2 metros. Con el calor del agua empecé a mover el brazo, arrastraba, y arrostro, una capsulitis de hombre desde la operación de cérvicales que se me agravó mucho en el otoño. Ahora podía hacer movimientos que llevaba meses sin hacer! Beneficio indudable de esas aguas termales. Sales del baño muy muy relajado y una vez vestidos fuimos a por esa cerveza que te regalan. Qué paz!
Strandarkirkja, Islandia, marzo 2022

Strandarkirkja, Islandia, marzo 2022

Esa noche cenamos en el hotel, no una gran cosa, la verdad. La noche no prometía nada, cielos cubiertos y lluvia. Estuve atento, saliendo por la terraza a ver el cielo hasta que me dormí. Al día siguiente nos acercamos al volcan Fagradal que en marzo de 2021 tuvo una erupción. Ahora estaba parado pero dicen que si vas al atardecer puedes ver el resplandor rojo de la lava. La caminata al crater es larga y empinada, así que nos decidimos por algo más modesto y que nos encajaba más que era ir a ver la lengua humeante de la lava. Desde el parking 1 donde paramos hay unos 20 minutos, desde el parking 2, 5 minutos. Para la próxima ya lo sabemos. La verdad es que te sorprende cuando llegas a ella y la ves. Me acerqué al borde, como son las cosas en Islandia, solo un cartel te avisa de que puedes ser peligroso meterte. Me puse a hacer una foto y el olor de azufre me hizo desistir de estar mucho rato ahí. El día era bueno, no llovía, había claros … decidimos subir un poco por la cresta de la montaña, ya un buen ejercicio, desde donde tuvimos unas vistas increibles del recorrido de la lava, también del mar … Y salía a ratos el sol!
Fagradalsfjall, Islandia, marzo 2022

Fagradalsfjall, Islandia, marzo 2022

Muy felices por las buenas perspectivas bajamos de la montaña y nos fuimos a comer a Grindavik, al Cafe Bryggjan en el puerto pesquero a tomar la mejor sopa de langosta (o cigalas) del mundo. Y ciertamente estaba muy buena. El café es muy peculiar y lamento no haber tomado ninguna foto de él, las últimas del viaje las hice subiendo al volcán. Retrospectivamente echo en falta algunas fotografías que debería haber capturado. Es el agridulce de los viajes fotográficos, te pones el listón alto y sueñas con unas fotos que luego no se dan o eres incapaz de hacer o, también, fotos que surgen y, por no tenerlas pensadas, las obvias. Después de comer, un poco de descanso y a la laguna a remojarse. Otra sesión de auténtico relax, y terapia del hombro, con su cerveza final por supuesto.
Bláa lónið, Islandia, marzo 2022

Bláa lónið, Islandia, marzo 2022

Fuimos a cenar de nuevo a Grindavik a un lugar que decían tenían el mejor «fish and chips» del mundo. Bueno pero no para tanto. Las previsiones de auroras eran relativamente buenas, algo de KPI y algo de cielo despejado. Sin embargo tras esperar un buen rato dentro del coche cerca de una buena localización para unas posibles auroras, no viendo ningún cielo abierto, desistimos. En el hotel me había apuntado a la lista de avisos de northern lights pero no hubo tal aviso.
Fagradalsfjall, Islandia, marzo 2022

Fagradalsfjall, Islandia, marzo 2022

Por la mañana diluviaba y con un fuerte viento. Fuimos al aeropuerto y tuvimos una nueva oportunidad que no dejamos escapar de empaparnos. El lugar de entrega del coche estaba a unos 300 metros de la terminal sin ningún refugio posible ante la lluvia. Muy mal Avis que no tiene previsto ningún traslado. Embarcamos y el avión, todavía parado, se movía como si fuera un barco empujado por el viento. Pensé que cancelarían el despegue, pero nos, volamos. El vuelo fue estupendo pero no tanto el enlace en Londres, algún día contaré. Y con esta entrada decimos Islandia punto y aparte. No punto y seguido pues no tengo previsto volver próximamente, pero tampoco punto y final pues volveré si tengo oportunidad. Ahora a ver si hago la correspondiente galería de fotos, de, viaje de ahora y del de 2018.

Stokksnes, Vestrahorn, Viking Cafe

Conocimos el Viking Cafe en nuestro primer viaje a Islandia, en agosto de 2018. Paramos un tanto de casualidad y no entramos en la playa. No conocía las capacidades fotogénicas del lugar. Luego si, y era uno de los lugares que quería volver en mi vida. Alojarnos en el Viking era facilitarnos mucho la vida para poder fotografiar a cualquier hora el Vestrahorn. Y tenía pensado hacerlo al amanecer, al mediodía, al atardecer a la noche … así que prácticamente fue el primer alojamiento que reservé para el viaje.

Viking Cafe, Islandia, marzo 2022

Viking Cafe, Islandia, marzo 2022

Y ha cumplido con las expectativas. Sobre todo por la amabilidad y atención de su personal. Les mareamos mucho cuando tuvimos que rehacer en primera instancia el viaje, quitando una noche y luego cuando lo tuvimos que cancelar del todo. Por asegurar la estancia reservamos de más, y a pesar de un correo cancelandola, nos la cobraron. Les reclamamos ¡y nos devolvieron el dinero! Grandes compañías hoteleras no han tenido ese detalle, ni ningún otro. Fantástica la gente del Viking.
Faro de Stokksnes, Islandia, marzo 2022

Faro de Stokksnes, Islandia, marzo 2022

El primer amanecer salió lluvioso, así que, a pesar de mis buenas intenciones, no me levanté a la hora de la puesta de sol. Una vez vestidos y desayunados, dado que seguía la lluvia, decidimos ir a Hvalnes, donde hay una reserva natural, un brazo de tierra negra entre el mar y una laguna, a ver si con suerte cuando llegáramos hubiera dejado de llover. Pero no, nada de eso todo lo contrario cuando llegamos llovía más y con viento fuerte. Aparcamos cerca del faro a ver si lo fotografiaba. Ni salir del coche. Hice la foto desde dentro del coche. También desde el coche fotografíe a una gran bandada de cisnes que navegaban en la laguna pero según paré se alejaron lo suficiente para no quedar suficientemente cerca como para apreciarse. Decidimos volver a Stokksnes a ver si mejoraba el tiempo. Y tuvimos suerte, empezó a mejorar. Cuando llegamos de vuelta estaba muy cubierto el cielo pero ya no llovía.
Vestrahorn mañana, Islandia, marzo 2022

Vestrahorn mañana, Islandia, marzo 2022

Empezamos a visualizar el Vestrahorn reflejándose en el agua. Tomamos nota ya que esta era una de las fotografías que esperaba hacer y seguimos recorriendo la península. Llegamos hasta la costa, no vimos focas que supuestamente se veían.
Villa vikinga, Stokksnes, Islandia marzo 2022

Villa vikinga, Stokksnes, Islandia marzo 2022

Según pasaba el tiempo los claros ganaban a las nubes y disponíamos de momentos de sol. Por fin, sol. Andamos un poco para acercarnos a la «villa vikinga», usada para una película, pero ya desde lejos nos pareció poco interesante y lo dejamos para irnos a la playa en busca de esa foto deseada del reflejo. Por supuesto no estábamos solos en la playa. Observé que para obtener el reflejo completo había que meterse hacia el mar, de forma que las olas al retirarse cubrieran con una fina capa de agua la arena haciendo de espejo. Lo malo es que entre ola y ola tenias el tiempo justo para disparar y en algún disparo la ola me pillo… ¡Pero la conseguí!.
Vestrahorn mediodía, Islandia, marzo 2022

Vestrahorn mediodía, Islandia, marzo 2022

Nos fuimos a comer un sándwich con una cerveza al Viking y a descansar un rato. Salimos de nuevo para seguir fotografiando con los colores del atardecer y de la puesta de sol. Al rato descubrí en la arena un charco de respetable tamaño donde se reflejaba la montaña. Ahí me quedé esperando a que el atardecer diera a las pocas nubes que había los colores y tonos propios del fin de día. Entonces fue cuando aparecieron «ellos»… Una furgoneta repleta de fotógrafos aficionados italianos, típico «viaje fotográfico acompañado de gurú», sí, como hubiera podido hacerlo yo, pero no de esa manera. Según me vieron, se apelotonaron en el charco sin preocuparse de si se metían en mi encuadre como fue el caso. En fin, al poco de sentirme acosado me desplace buscando otros encuadres con las dunas.
Vestrahorn atardecer, Islandia, marzo 2022

Vestrahorn atardecer, Islandia, marzo 2022

Una media hora después se cansaron del sitio y se fueron esparciendo por la playa. Voví a mi charco y pude hacer la foto con tranquilidad, ¡y me gusta mucho como quedó!. Al final la montaña Vestrahorn la tengo fotografiada, con distinta luces, por la mañana, al mediodía, al atardecer, y por la noche. Esta última la cuento en la próxima historia.
Puesta de sol en Stokksnes, Islandia, marzo 2022

Puesta de sol en Stokksnes, Islandia, marzo 2022


El sol se fue y no fue una gran puesta de sol. Pero al menos la hubo, la única puesta de sol de todo el viaje. No hubo colorines en las nubes, quedó muy sosa. Recogimos y nos fuimos a Höfn a cenar, esta vez yo tomé sándwich de cigalas. Los muy cucos del restaurante ponían en la carta lobster, langosta, pero eran cigalas. Y tambien estaban los fotógrafos italianos. Da igual. Había sido un buen día, lo habíamos disfrutado mucho. ¿Qué nos depararía la noche? ¿Sería la guinda a un gran día?

Islandia 2022, primera parte

La primera vista de la isla cuando el avión traspaso la densa capa de nubes fue la nieve cubriéndolo todo. Blanca la tierra, gris el cielo. Eso sí, las carreteras, negras, limpias de nieve. Un autentico paisaje en blanco y negro y sus tonos de gris. La nieve la teníamos asumida, vamos preparados, incluso crampones llevamos en la maleta. Hasta que no pisé tierra no di por hecho que estaba en Islandia. Eran los efectos del viaje fallido, tocar para creer. Una de los asuntos que había lamentado al atrasar el viaje era que pasaba de luna nueva a luna llena, lo que me iba a perjudicar en las fotos nocturnas. Jaja, por qué cosas nos preocupamos: En los días y noches que estuvimos no vimos la luna. Ni casi el sol. El fotógrafo propone y el clima dispone. Cielos nublados a todas horas, en el mejor de los casos porque lo habitual ha sido la lluvia. Y si hay algo peor que la lluvia para la fotografía, es la lluvia con viento.

"Clima", Islandia, 2022

«Clima», Islandia, 2022

Una vez en tierra, recogemos el coche. Un Jimny que nos parecía suficiente para una pareja pero que a la larga nos ha resultado incomodo para el trajín del viajero fotográfo sufriendo las inclemencias del temporal. Un coche con 4 puertas nos hubiera sido más cómodo. Las carreteras en perfecto estado a pesar de la cantidad de nieve existente así que en el tiempo previsto, un poco más de 2 horas, llegamos al primer destino, el Hotel Skogafoss en Skogar, al lado de la cascada.

Skogafoss, Islandia, marzo 2022

Skogafoss, Islandia, marzo 2022

Se suponía que llegábamos con la puesta de sol, pero este no hizo amago de presencia. Fuimos a ver la cascada, realmente al lado del hotel. Había algún turista despistado, como nosotros con su equipo fotográfico. Caía agua nieve y unida al fuerte salpicado de la cascada, tiene una gran altura de caída, te hacía imposible acercarte a fotografiarla sin empapar la lente y las gotas en la lente te echan las perder las fotos, salen con manchurrones. Un coñazo lo de limpiar la lente con el trapito, pues eso iba a ser una constante todo el viaje. Para más males, iba con el 14 mmm que te obliga a estar muy cerca del objeto a fotografiar si no quieres sacar mucho primer plano sin interés.

Skogafoss b&n, islandia,  marzo  2022

Skogafoss b&n, islandia, marzo 2022

En este viaje también llevaba el 24-70 y el 70-300 (del cual tengo una anécdota para más adelante) pero se habían quedado en el hotel. Hubieran sido más adecuados para sacar la cascada desde más lejos y no sufrir el salpicado de gotas. Y había muy poca luz y por cierto nunca había visto una dominante de color tan azul, disparando a 5600K. Todo excusas para no decir que no supe sacar la cascada en condiciones 😀 🙁 . Antes de irnos a dormir miré el cielo por si acaso pudiéramos tener auroras, pero permanecía muy nublado. Había sido un día muy cansado desde el despertar en Manchester (:O), así que sin condiciones ni fuerzas, las auroras tendrían que esperar.
Carretera Dyrhólaey, Islandia, marzo 2022

Carretera Dyrhólaey, Islandia, marzo 2022

En la mañana, al poco de salir, comienza la lluvia. A lo bestia y con fuerte viento. La visibilidad malisima, el horizonte a 30 metros. Decidimos hacer una parada en Dyrhólaey para estirar las piernas, ¡volábamos en el acantilado¡ con dificultad abrías y cerrabas las puertas del coche. A la altura del cañón Fjaðrárgljúfur, uno de los puntos que íbamos a ver en el día, caía un diluvio con un viento respetable.

Dyrhólaey, Islandia, marzo 2022

Dyrhólaey, Islandia, marzo 2022

Iba a ser imposible andar y ver algo con comodidad, y de fotos nada. Así que pasamos del cañón y lo dejamos a ver si a la vuelta teníamos mejores condiciones. El siguiente lugar de paro era Hof para visitar la pequeña iglesia de tejado de hierba con cementerio. Tuvimos suerte, fue parar el coche y dejar de llover. Pudimos darle una vuelta y fotografiarla.
Hofskirkja, Islandia, marzo 2022

Hofskirkja, Islandia, marzo 2022


Paramos a comer, sopa de cigalas y un sándwich. Las cigalas iban a ser un alimento principal en este viaje, en sopa, ensaladas, cocidas, en bocadillo … Al pasar por Jökulsárlón paramos, claro. ¡Qué desilusión! No había casi ningún hielo flotando en el lago. Había más turistas que hielos.
Jökulsárlón, Islandia, marzo 2022

Jökulsárlón, Islandia, marzo 2022

Al menos en ese momento no llovía, aunque el cielo seguía gris plomo. Sin luz ni hielos ninguna foto era atractiva. Observamos que la corriente de agua fluía con fuerza desde el mar hacia el lago, eso nos hizo pensar que cuando hay pleamar los hielos son desplazados hacia el fondo del lago y por eso no los veíamos.
Turistas en Jökulsárlón, Islandia, marzo 2022

Turistas en Jökulsárlón, Islandia, marzo 2022

Al atardecer llegamos a Stokksnes, al Viking Cafe, nuestro alojamiento para los dos siguientes noches. Tuvimos tiempo, antes de cenar en Hofn, cigalas, de pisar la maravillosa playa negra de dunas con sus vistas: El Vestrahorn apareciendo entre la neblina.

Vestrahorn, Islandia, marzo 2022

Vestrahorn, Islandia, marzo 2022

Nos acercamos a la costa donde el mar batía con fuerza las rocas. ¿Tendremos mejor tiempo mañana?
Stokksnes, Islandia, marzo 2022

Stokksnes, Islandia, marzo 2022

Esa noche, antes de acostarme, salí a dar una vuelta con la esperanza de tener un cielo algo despejado, pero no hubo suerte. Las estrellas brillaban por su ausencia.