La ida era dejar cosas en el hotel de Reikiavik e ir al Blue Lagoon a relajarnos como hicimos en Myvatnn pero al llegar al hotel leímos que tenias que tener entradas con antelación … A pasear por Reikiavik. Ya estábamos cansados de coche, queríamos hacer unas compras y había que devolver el coche con gasolina temprano al día siguiente. Estuvo bien el paseo, aderezado como no por algunas lluvias y varios arcoiris. La ciudad está bien, pequeña pero con muchos rincones urbanos fotogénicos. La ciudad, el centro, tiene aire hippie y mucho tema artesanal y vikingo por todos lados. De lo moderno destaca el palacio de congresos Harpa con una llamativa fachada de cristales hexagonales y una iglesia que parece el cohete de Tintin en la luna. A la mañana siguiente devolvimos el coche y todavía nos dio tiempos, a los mayores, a dar un paseo soleado por Reikiavik, mientras los menores dormían y desayunaban con calma. Y punto final a este viaje a Islandia. ¿Volveremos?
La ida era dejar cosas en el hotel de Reikiavik e ir al Blue Lagoon a relajarnos como hicimos en Myvatnn pero al llegar al hotel leímos que tenias que tener entradas con antelación … A pasear por Reikiavik. Ya estábamos cansados de coche, queríamos hacer unas compras y había que devolver el coche con gasolina temprano al día siguiente. Estuvo bien el paseo, aderezado como no por algunas lluvias y varios arcoiris. La ciudad está bien, pequeña pero con muchos rincones urbanos fotogénicos. La ciudad, el centro, tiene aire hippie y mucho tema artesanal y vikingo por todos lados. De lo moderno destaca el palacio de congresos Harpa con una llamativa fachada de cristales hexagonales y una iglesia que parece el cohete de Tintin en la luna. A la mañana siguiente devolvimos el coche y todavía nos dio tiempos, a los mayores, a dar un paseo soleado por Reikiavik, mientras los menores dormían y desayunaban con calma. Y punto final a este viaje a Islandia. ¿Volveremos?