He estado liado contando el viaje a Islandia y se ha pasado el otoño de 2018 sin contar otra cosa. Y se han hecho otras cosas y hemos hecho otras fotos. A parte de los clásicos viajes micológicos (sin mucho éxito) de esta época al Alto Tajo, aprovechamos el puente largo del 1 de noviembre para hacer un recorrido por el Duero desde los Arribes hasta Gormaz, pasando por Zamora, Peñafiel, Rio Lobos, Burgo de Osma, Calatañazor y pasando de vuelta por Siguenza.
Además a primeros de octubre tuvimos una reunión familiar en Villanueva de la Jara y vistamos Alarcón donde descubrimos un fantástico museo de pintura mural de Jesús Mateo.
El viaje por el Duero fue muy completo: paisajes, gastronomía, cultura y deporte. El mayor deporte fue la marcha de casi 20 km por el Cañón del Rio Lobos pero también los paseos por los Arribes y Zamora.
La cultura se centró mucho en el medievo: El románico de las iglesias de Zamora, la gótica capilla de Valbuena del Duero y las iglesias mozárabes de San Miguel de Gormaz y San Baudelio.
Gastronomia notable en El Virrey Palafox del Burgo de Osma y El Doncel de Siguenza pero también en los pinchos de Zamora y tapas y vino de Peñafiel. Paisajes, en todo momento.
En este viaje por el Duero fue cuando descubrí que la cámara X-T1 no iba bien, fotos sin nitidez, colores corridos, y la mandé a reparar. Je, el problema está en el objetivo 18-135. En las focales largas a partir de 70 mm las fotos, sobre todo en los bordes, se ven mal. El presupuesto de arreglar el sistema de enfoque del objetivo, más limpiezas variadas es de más de 500 euros. Por un poco más, uno nuevo.
Esto me ha sumido en un mar de dudas. Mi primera idea era comprar un objetivo nuevo pues el 18-135 era el mejor objetivos para viajes. Pero al ver el estado de la X-T1, pues el presupuesto me descubrió algún deterioro no conocido, me entraron preguntas.
Si muere la T1 ¿seguiría con Fujifilm? La T2 y la T3 son un poco más grandes, perdiendo algo la ventaja de tamaño y peso tan apreciada en viajes. Así que de momento he aparcado la decisión de comprar nada y el próximo viaje lo voy a hacer con la D810 y a ver si me reafirmo en la convicción de tener un equipo específico de viajes.
Hablando del otoño como estación meteorológica, la verdad es que ha sido peculiar. Primero se agarro el calor, empezó como una prolongación del verano. Luego vinieron lluvias, pero torrenciales, causando más de un desastre.
Y cuando esperábamos días apacibles para recoger setas nos vino el invierno a mitad de octubre. Nevadas que dejaron unos curiosos paisajes de invierno con otoño. Hojas doradas y suelo blanco. Y después volvió a hacer más bien más calor del que correspondería para estas alturas del año.
Y lo siguiente, el repaso al año 2018 …