Puerta de Istar, Babilonia. Berlín 1999

Puerta de Istar, Babilonia. Berlin 1999.

Cuando era niño y estudiaba historia aprendí determinados sucesos que marcaron fin y comienzo de épocas. Por ejemplo la caída de Constántinopla (1453), o el «descubrimiento» de América (1492), se relacionan con el fin de la Edad Media. Pero las épocas históricas no cambian bruscamente es un devenir del que no eres consciente cuando estás dentro. Queda constancia del cambio cuando pasa el tiempo y tienes una perspectiva global. Y entonces es cuando se fijan ocurrencias extraordinarias para que sirvan de señal, hitos, de fin y comienzo de épocas.
Aya Sofia, Constantinopla (Estambul), frontera de culturas. Marzo 2013

Aya Sofia, Constantinopla (Estambul), frontera de culturas. Marzo 2013

Estamos en el borde de un cambio de época, si no estamos ya en otra época. Cuando pasen los años y los historiadores miren atrás definirán el final de la época anterior y el inicio de la nueva a partir de un suceso extraordinario reciente. ¿Cuál suceso será el que marque el cambio? Pensando en los momentos que he vivido, hay dos eventos candidatos a pasar a la historia: La caída del muro de Berlín y el atentado contra las torres gemelas de Nueva York. A pesar del tremendo impacto visual del atentado para mi tiene mayor repercusión la caída del muro, el telón de acero. La época que dejamos atrás fue una época marcada por los conflictos ideológicos. Los «ismos»: comunismo, capitalismo, fascismo, socialismo, anarquismo, nacionalsocialismo … Las ideologías estaban por encima de naciones, razas y religiones. El muro era un símbolo de un mundo dividido en dos ideologías enfrentadas. Y cuando cayó, ese mundo acabó.
Recuerdos del muro, Berlín 1999

Recuerdos del muro, Berlín 1999

Ahora los conflictos son étnicos y religiosos. La economía está en permanente crisis y estancada. Prestar dinero te cuesta dinero. Tenemos brotes de virus a modo de peste medieval que pueden atravesar el mundo en pocos días gracias al transporte aéreo: VIH, ebola, H5N1, zika … Hay una nueva manera de hacer la guerra: Ataques indiscriminados a población civil desarmada. El terrorismo. Aunque esta palabra, terrorismo suele ser manipulada intencionadamente cuando se aplica a conflicto armado entre militares. Conflicto que puede ser legítimo desde el punto de vista de uno y de otro pues la historia la escribe quien gana la guerra.
Nueva York, capital del imperio occidental contemporáneo. Octubre 2015

Nueva York, capital del imperio occidental contemporáneo. Octubre 2015

El «fenómeno» migratorio amenaza con acabar de rematar la desUnión Europea. Una UE que se había forjado desde sus principios en un modelo económico, político y social muy concreto. Sobre todo el modelo económico que se quiere mantener a toda costa, convirtiéndose en un fin en vez de un medio. Pero esa unión antes de acabar de consolidarse se tambalea. Y con la migración masiva desde zonas en guerra o con miseria económica se está erosionando un fundamento, se supone, de la unión europea: Los derechos humanos. La Unión siempre ha permitido la idiosincrasia de las naciones que la componen. Lamentablemente la crisis económica ha llegado antes de que se integren minimamente nuevas naciones donde la democracia no está muy madura y justamente el aprecio por los derechos de los demás y la solidaridad deja mucho que desear. Habrá que reinventar, más tarde o temprano, de nuevo, Europa.
Europa seductora, Berlín 1999

Europa seductora, Berlín 1999

Globalización: Otro aspecto relevante de la nueva era. Ahora todo se comunica deprisa y hay pocas barreras efectivas para frenar la información (y la desinformación!). La tecnología se cuela en todas las partes de nuestra vida y eso conlleva una cada vez más impactante dependencia energética y cibernética. En el «primer mundo» casi nada funcionaría sin energía eléctrica y eso es un gran amenaza. La próxima hecatombe será a consecuencia de una crisis energética o ciberguerra.
Fragmento obra Dan Perjovschi. Madrid junio 2011

Fragmento obra Dan Perjovschi. Madrid junio 2011

Y para acabar tenemos la cuestión del clima. Siempre he sido muy prudente al hablar del cambio climático. Con una duración de millones de años del Planeta Tierra y unas medidas de solo un poco más de cien años no podemos asegurar qué es un cambio provocado o es una evolución natural. Pero lo que sí está claro es que las previsiones de la teoría del calentamiento global se están cumpliendo y el efecto de los gases contaminantes se evidentemente negativo. Esta es nuestra nueva época, no parece que sea especialmente esplendorosa.
Arco Iris, junio 2010

Arco Iris, junio 2010

PD. Este largo y reflexivo texto, no exento de alguna obviedad y tópico, me ha costado unos seis meses. No solo por lo dificultad que tengo de expresar lo que quiero transmitir sino porque quería poner alguna foto del Berlín post-muro que visité en 1999. El antiguo escáner de película se murío justamente cuando escaneaba las diapositivas de ese viaje. Ha habido que esperar a comprar uno nuevo para acabar.
PD2. Hoy es el «día de Europa». Muy oportuno!.