Mil y un flamencos
23 días del 2023
Adéu 2022
Bien, ya tengo el tiempo sobre mis talones para hacer ese resumen del año tan típico de estos últimos días del periodo. Así que breve y rápido (espero)
Empezamos el año con un viaje por Flandes todavía marcados por el covid, las vacunas, los test, certificados, mascarillas, formularios de salud para entrar en los países …. Justo en el fin de las Navidades, el día 5 de enero aterrizamos en Bruselas hasta el 10. La vida en ese invierno transcurría con normalidad pero con la emoción y la impaciencia del viaje a Islandia la última semana de febrero cuando llegó la invasión rusa de Ucrania. Esa invasión, y la guerra consecuente que sigue activa, es el suceso que ha marcado el 2022. Esperábamos acabar ya la época covid y antes de ello nos llega otra calamidad: Agrava la crisis energética, eleva los precios de los alimentos y por supuesto los horrores propios de la guerra.
El primer intento de viaje a Islandia fracasó cruelmente por la cancelación de vuelos por parte de la compañía área Vueling. Todavía estamos esperando el resultado de la reclamación que pusimos a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Al segundo, tres semanas después, con la primavera recién iniciada, sí lo conseguimos. No tuvimos el mejor de los climas pero lo pasamos muy bien. Y ya de seguido y de cabeza a la Semana Santa, recuperamos un viaje previsto para la SS del 2020 parado por el confinamiento. Empezando en Jaén, acabamos en Cádiz que nunca había estado antes y en el plazo de un mes, aprovechando el 15 de mayo, he estado dos veces. Bonito y repetible viaje.
Y nos plantamos en junio, mitad de año, y vamos, voy, a hablar del covid. Tal vez por última vez, ojalá. En el último tercio de la primavera y hasta mediados de julio tuvimos una fuerte oleada de contagios en España. Tremenda, la vez que más conocidos y cercanos han caído … incluso pasó por casa. Afortunadamente fue a principios de junio y no nos perjudicó en las actividades previstas en el comienzo del verano: Participar en la Pilgrim 2022, el campamento de Garnavmi y el fin de semana a Cantabria. Tampoco fueron de gran impacto los síntomas, a mi, aparte de voz tomada y moqueo un par de días, nada. Como digo, tuve un covid de 24 horas. De esta ola, y las vacunas, creo que si se alcanzó en España algo parecido a la tan deseada inmunidad de rebaño. Sigue habiendo virús pero en general no supone ningún problema grave de salud. También las medidas anticovid se han ido relajando. A primeros de año te pedían para entrar en restaurantes el certificado de vacunación, también para viajar. Para el primer viaje a Islandia tuvimos que hacernos una PCR 72 horas antes, rellenar formulario y presentar certificado vacunación …para el segundo tres semanas después los islandeses quitaron todas las medidas, incluida la obligatoriedad de mascarilla. Fue la primera vez que volvimos a la «antigua normalidad». Poco a poco se han ido quitando medidas en todo el mundo. En España solo queda la obligación de llevar mascarilla en transporte público, farmacias y centros sanitarios. Cada vez hablamos menos del virus, cada vez tiene menos presencias en nuestras vidas. (A ver qué pasa con China)
En julio hicimos nuestro primer viaje familiar desde el 2019. Fuimos a Irlanda y la verdad es que fue maravilloso! Irlanda tiene sitios muy hermosos de visitar. Sigo teniendo pendiente hacer una galería de fotos :(. El resto de verano ya con pocos días de vacaciones, en los lugares habituales fundamentalmente en El Saler. Ha sido un verano muy caluroso Como todos los veranos en las vacaciones la idea era descansar: dormir, comer, deporte, leer, fotografiar, … pero en el tema deportivo hemos patinado. Al principio los gemelos y al final la espalda me han condicionado la actividad deportiva.
En el otoño nos hemos dejado deslizar por la vida rutinaria, sin grandes viajes, solo escapadas al Alto Tajo, Peñafiel y una mañana en el Parque Nacional de Cabañeros. Poco he escrito en el diario y pocas fotos. La verdad es que se puede decir que las cosas más interesantes del año se hicieron en los 7 primeros meses del año. Eso sí, la fiesta sorpresa a Navburis por su sexagésimo cumpleaños fue un momento magnífico, fiesta sorpresa que me encargué de preparar y estuve muy preocupado por no hacerlo a la altura que se merecía y merece la homenajeada. El otoño cálido y poco lluvioso nos dio para unas recogidas moderadas de setas, no mal dadas las circunstancias climáticas.
Y como siempre cuando hacemos recopilatorio vamos a la vez cantando Tres cosas hay en la vida: Salud, dinero y amor. Bueno pues de salud, vamos regular, como he comentado antes la espalda empezó a dolerme a finales de agosto. Justamente al poco de poder volver a correr entre periodos de parón por las molestias en la zona de los gemelos. Mi última carrera fue el 28 de agosto. Ultima hasta ahora, espero que no la última de mi vida. Mi esperanza es que lo de la espalda se pueda corregir. Es una dolencia, al parecer, no tengo diagnostico claro, provocada por unas vertebras ligeramente desplazadas y un disco gastado. Degeneración. He pasado más de un año con un «hombro congelado» y a base de ejercicios, esfuerzo, he mejorado mucho. Confió en encontrar la tecla que me permita superar lo de la espalda igualmente. A pesar de todas las malas noticias económicas, el año no ha sido malo en cuanto a dinero, todo lo contrario, en parte por recibir beneficios correspondientes al 2021 que sí que fue un buen año en el trabajo. No se va a repetir con el 2022. El amor, bien, como siempre 🙂
Finalmente comentemos sobre fotografia!. La única adquisición de equipo ha sido un duplicador para el teleobjetivo para acercarme a los pajaritos, perfecto si están quietos, no en movimiento. De 100-400 f4,5 pasas a 200-800 f9 con lo que la luz y el ángulo de visión se reducen bastante. También he invertido en un programa de reducción de ruido: Sea por fotos nocturnas o por usar el duplicador tengo que disparar a ISOs altos y luego lidiar en la fase de revelado o de procesado con el ruido. Y en cuanto a calidad y cantidad pocas fotos este año pero alguna merece enmarcarse. Aparte de la fotografía propia de viajes, he hecho más aves, y lunas de lo habitual. Me ha costado encontrar fotos que no hubiera puesto ya en entradas del año, he visto que hay hueco para 8 y he buscado cubrir cada estación. No he elegido ni las mejores ni las más representativas, solo que fueran adecuadas al texto.
Breve no he sido, el año que viene haremos el formato «mejor foto» en vez de recontar lo ya contado. Y rápido sí, al menos lo suficiente para acabar antes de que me den las uvas. El 2022 lo empecé vomitando los excesos a la taza del váter, espero esta vez celebrar la entrada del 2023 con alegría y abundancia, por supuesto, pero con algo más de prudencia 🙂