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película fotográfica y la fotografía un proceso químico, había decisiones propias del proceso creativo que había que tomar en momento diferente al que ahora estamos acostumbrados. Con la película fotográfica, antes de la captura, en la fase de concepción, tenías que decidir si querías color o blanco y negro, si para luz de día o para luz artificial (bombillas), qué sensibilidad de la película (ISO), incluso ya tenías que pensar en la fase de exhibición: negativo (papel) o diapositiva (proyección). Y comprabas el carrete en una tienda de fotografía. Y las fotografías estaban condicionadas, si o si, salvo raras manipulaciones fuera del alcance del aficionado, por las características de la película. A veces tengo nostalgia de los tiempos antiguos y digo «voy a hacer fotos en blanco y negro» o «voy hacer diapositivas». Y como antaño, quiero un proceso donde desde la concepción las características de color, saturación y tonalidad sean inamovibles. Es como un reto, hacer la foto restringida desde el principio a unas características, y a la vez es una simplificación del proceso que a veces se agradece. Pero es imposible ser tan riguroso, antes no te quedaba otra, y ahora siempre puedes caer en la tentación de transformar la toma. Ahora, el soporte es un sensor electrónico, que salvo el ISO que lo fijas justo en la captura, lo demás lo puedes dejar para el último momento y además puedes hacer todas las variantes que se te ocurran en cuanto a color y balance de blancos de la fuente de iluminación. Todas las cámaras digitales llevan unos modos de color o perfiles de color para ver la captura en la pantalla o que elijas el resultado final en un fichero jpeg. Fujifilm lo ha llevado un poco más lejos y ha denominado a esas interpretaciones ‘Simulaciones de película’. La verdad es que al menos Nikon, que lo conozco, también tiene un sistema para tratar los datos en la cámara, el ‘Picture control’ pero Fujifilm ha vendido mejor que nadie estas teóricas, y un tanto pretenciosas, simulaciones de película asociándolas a antiguas ‘de carrete’. Hay mucho escrito y filmado en Internet sobre ello. En mis semanas de baja uno de mis entretenimientos ha sido ver las características de cada simulación y sus distintas aproximaciones a su uso. Cada una tienes sus características que le dan un ‘ambiente’ diferente a la foto. He configurado la cámara para tener algunas ‘recetas’ por aquello de ver en la pantalla de la cámara resultados diferentes y también por si en algún caso le doy utilidad a algún fichero jpeg sacado directamente de la cámara (SOOC) o por una obsesión de tener una serie de fotos con el mismísimo aspecto. Pero en cuanto necesites retocar algo, no necesariamente del color, ya vas a tener que pasar por un programa de edición que aunque tenga los modos de la cámara nunca son exactamente iguales, y te va a interpretar de nuevo los datos. Pero nos entretenemos.
Antes de la llegada de la fotografía digital, cuando el soporte era la Patrones (otoño 2020)
G-L-O-R-I-A
Jesus died for somebody’s sins but not mine.
NOTAs: Esta entrada la empecé el 12 de marzo de 2016, supongo que tras una emotiva audición que me inspiró. Escribí:
Se me erizan los pelos del cuerpo cuando oigo esta canción. Y así es desde 1976, la primera vez que la oí estudiante interno en un colegio. Para mi todo un símbolo de una época.
Y ahí se quedó … Y cuatro años después lo he continuado. Evidentemente en el 2016 no sabía que iba a tener la oportunidad de ver a Patti actuar … ni que la iba a perder por algo tan de ficción como una pandemia.
En la entrada comento que no hay mucha distancia temporal entre el relato de Patti y mi adolescencia. Son entre 10 y 15 años pero creo que el nervio vital y los estímulos externos que tendría un joven en Nueva York en los 60 no serían muy diferentes de los que tenía un joven en Madrid la segunda mitad de los 70. Aún siendo Nueva York la capital del mundo y Madrid una capital de provincia.He buscado fotos de aquellos años, míos, y no he encontrado mucho. No hacía, ni me hacían, muchas fotografías, era un estudiante sin ingresos y comprar un carrete, revelarlo y pasarlo a papel suponía contar con un dinero que rara vez contaba con él. En aquellos entonces usaba la Yashica telemétrica que fue de mi padre. El hizo muy buenas fotografías, en cambio yo nunca lo conseguí, quiero creer porque me llegó rota … El caso es que las pocas fotografías de entonces son malas y además los negativos están en muy mal estado. He rescatado una foto que alguien me hizo tocando la guitarra, y otra de un burdo y obvio bodegón reivindicativo. Yo también pensaba en ser un artista 😀 y estaba comprometido con la no violencia y el ecologismo … El resto de fotos que acompañan son del viaje a Nueva York de octubre de 2015. He buscado fotos que tal vez no hayan cambiado mucho en esa ciudad desde los años 60, y si no, da igual.
Semana 2 de confinamiento
Cosas que ves todos los días y de repente, por verlas con una luz diferente a la habitual, te llaman la atención. El puzle de Navburis, una mascara africana, la alfombra del cuarto donde trabajo…. También proceso fotos, leo (poco) libros de fotografías, veo videos de fotografía … si de esta no mejoro como fotógrafo es que no tengo remedio. Y nada más. Esperando a la ciencia, no que dé soluciones, llegaran cuando toque, pero sí informaciones fiables de cómo, por qué, cuándo y cuánto que sirvan para prevenir la expansión del virus.