No contábamos más que con hacer un tranquilo viaje por carretera cuando salimos desde la última excursión de Taroko hacia Sun Moon Lake. Y sin embargo vivimos la aventura del viaje :D.
Conseguimos ver, aunque lejos, a un par de ejemplares del famoso Macaco de Formosa. Por precaución, para que no se fueran, no nos bajamos del coche y con el tele hice una foto donde se aprecia algo ampliándola al máximo.
Sabíamos que era en gran parte carretera de montaña pero eso no es nada nuevo acostumbrados a hacer excursiones por el Alto Tajo. Incluso esa era mejor carretera pues en cada curva cerrada cuentas con un espejo curvo perfectamente colocado para ver si tienes algún vehículo viniendo de frente.
Pero aquí, aparte de las curvas, la carretera va en continuo ascenso. Al poco de empezar vi el cartel de 2000 metros de altura. En ese momento las nubes estaban más bien por encima. Al poco, 2500 metros y ya las nubes estaban con nosotros. Una preciosa niebla que hacía el paisaje misterioso y sugerente. Intenté fotografiar un cerezo ente la niebla pues era un visión que me agradaba, el rosa contra el gris, pero como siempre que ves algo en el coche, cuando paras esa imagen ha volado.
De repente pasa un coche con un muñeco de nieve en la capota ¿?¿? Nos extrañó y pensábamos que vendría de alguna de las montañas más altas del centro de la isla. Pero la verdad es que la temperatura estaba bajando a buen ritmo. Antes de alcanzar la cota de los 3000 metros nos encontramos la carretera cortada con un montón de coches parados, algunos poniendo cadenas. Paramos. Una señora nos pregunta en perfecto chino que a dónde vamos. Memos mal que Garnaven tiene capacidad para entender y hacerse entender en chino :D.
Nos informa que para seguir debemos poner cadenas. ¿Llevamos? pues no, claro. Tras un momento de duda nos queda claro que si queremos seguir el viaje hay que ponerlas, no hay otra carretera y la vuelta atrás es implanteable. Le preguntamos a la señora si hay posibilidad de comprar cadenas. Y sí, ella las vende!
Yo nunca he puesto unas cadenas, las pocas veces que me he visto en esa situación el jeep se ha bastado sin ellas. Por suerte la señora ofrece un servicio integral y nos las pone. Con un frío que pela atendemos a sus explicaciones. Nuevamente es Garnaven quien es capaz de enterarse. La amable señora nos dice cómo y cuándo quitarlas.
Superado el escollo de las cadenas queda otra dificultad que es conducir con ellas. Si no las había puesto nunca tampoco había conducido con ellas. Pues no me resulto difícil, es ir despacio y en cierta manera la sensación es como si llevaras la reductora del 4×4.
En los primeros kilómetros no vimos la nieve y estábamos pensando si sería una broma de los locales. Pero no. Poco a poco nos fuimos sumergiendo en un mundo helado. Todo es blanco. La carretera blanca, los árboles blancos, los carteles blancos. Precioso.
No nos atrevimos a parar y salir del coche pues aparte del frío pelón, -3 grados, teníamos miedo a que el coche patinara al arrancar. Si no, la colección de fotos que hubiera hecho sería memorable. Unos 15 km después de carretera blanca llegó el momento del desmontaje de las cadenas.
Al final de tanta aventura llegamos a Sun Moon Lake con el sol ya caído y con una niebla densa cubriendo el lago. Y una pregunta en la cabeza ¿Qué hacemos con las cadenas?