Como todo viaje el de egipto tuvo sus momentos que no hay que olvidar y para ello vamos a dejarlos escritos. Llegamos relativamente tarde al hotel de El Cairo el primer día y lo único que pudimos hacer es ir al centro comercial para cenar en un libanes «low cost» en el que no supimos concretar con el dependiente si comíamos beef o chicken.
Nos tuvimos que levantar a las 4:30 para ir al aeropuerto a Luxor. Madrugón, todo el viaje ha sido así lo más tarde que nos hemos levantado, las 6.30. Breve estancia en el barco MS Amarcor y a ver Karnak y Luxor. Me gustó mucho más Karnak. Por la tarde en un rato libre nos fuímos a pasear por Luxor por el mercado y pudimos comprobar lo pesados que pueden llegar a ser los comerciantes. Una calesa se dedicó a seguirnos casi media hora, desde luego son tenaces. Vimos el templo de Luxor iluminado pues el barco estaba varado justo enfrente, por fuera claro, que la visita nocturna se paga. Al día siguiente salimos del barco con el sol para cruzar el Nilo y ver los colosos de Memnon, Medinet Habu, el Valle de los artesanos y el Valle de los Reyes. En las tumbas de los valles no está permitido hacer fotos así que no hay constancia gráfica. Por azar en vez de ver solo 3 tumbas que es para lo que da la entrada normal, llegué a ver 5: Tausert, Sety II (la que más me gustó), Ramses III (no me piacarón la entrada), Ramses VI en esta me colé involuntariamente porque era de pago y finalmente para aprovechar la que no me picaron, me metí, creo, en la de Ramses IX, ya con prisa. El resto del día fue navegación por el Nilo hasta la esclusa de Esna. Aquí se produjo uno de los momentos más divertidos cuando los vendedores desde la barca nos tiraban chilabas, pañuelos, pasminas, manteles … con gran habilidad. Podías pedirles otros colores o tallas que ellos te los lanzaban. Estuvieron mucho rato con nosotos pues fuimos el último barco en pasar la esclusa, justo después de las barcas de los comerciantes. Ellos aprovechan para pasar la esclusa poniendose delante del crucero. Da algo miedo, se arriesgan a que el barco les pase por encima, tienen que remar deprisa y lo hacen claro.El último día del año empezó con la visita a Edfu en calesa. La calesa que nos tocó fue la del caballo más lento, todas nos adelantaban. Es un viaje como poco pintoresco. Al salir del templo nuestra calesa coincidió con una que entraba y no cabían los dos. Se produjó un enfrentamiento de gesto y voces entre los conductores. Algo de teatro tenía pero le dío más carácter al paseo. Por la tarde Kom Ombo y al barco a pasar la última noche del año. La cena de nochevieja la hicimos pronto, acabamos a las 10:30 y decidimos comer las uvas a las 11 y a la cama. Probablemente la nochevieja que me he acostado más pronto desde que tengo uso de razón.
Galeria de Fotos: Egipto, diciembre.