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Memorias del virus I (enero)
Parece mentira, ha pasado un año desde que empezó la pesadilla del virus y seguimos empantanados con él. Tal vez ahora más que nunca. La memoria no es precisamente un registro exacto, según pasa el tiempo los recuerdos se modulan con las experiencias posteriores. Antes de que olvide mucho quiero contar lo que recuerdo y no pretendo que sea verdad, solo son mis recuerdos con sus sensaciones, sentimientos y los pensamientos que me generaron.
Para mi este cuento de no dormir comenzó una noche de enero de 2020, próximo al año nuevo chino, cuando en unas noticias comentaron una enfermedad que se estaba dando y transmitiendo en la ciudad china de Wuhan. Primera vez que oía hablar de esa ciudad. Lo primero que pensé fue, vaya faena ahora que van a celebrar su fiesta más importante. Pero nada más. Hemos sabido de otras epidemias víricas en el lejano oriente, y eso, pues que es lejano. Día tras día las noticias fueron haciendo más gordo el problema: el virus de Wuhan. Vi alucinado, como todos, como construían hospitales a toda leche. Pensé que no lo harían porque sí, que tendría una razón, que había algo que no nos había llegado al cercano occidente, que debía ser muy contagioso. Y la alta contagiosidad, que no era una gripe al uso, quedó clara cuando hubo una infección masiva en Corea en un acto religioso. A finales de enero aparecieron los primeros casos en Europa, en Suiza y en Canarias. El mundo global mostrando su cara más negativa. Los pelos de punta.
Memorias del virus II (febrero)
Memorias del virus III (diez días de marzo)
Primer tercio invierno 2021
Pues casi sin enterarme ha pasado una tercera parte de este invierno y de momento ha sido un invierno de verdad. Y poco más se puede contar pues nada se puede hacer. Muy triste. Entre borrascas, nevadas y pandemias, más los achaques propios de la edad, tenemos una vida muy restringida. Ahora mismo, además, estamos en una situación muy complicada con el virus. La tasa de incidencia y de ingresos hospitalarios es más alta que cuando el confinamiento de Marzo de 2020. Independientemente de las majaderías de los políticos y autoridades, hacemos una vida muy cuidada, solo saliendo de casa para trabajo, compras y deporte. No hacemos vida social. Así estamos, sobreviviendo, esperando, e intentando no desesperar.
De vez en cuando entran flores en casa y las fotografío. Esta vez una gerbera amarilla, a la que le he dado una interpretación también en blanco y negro (y escala de grises :D)
De vez en cuando entran flores en casa y las fotografío. Esta vez una gerbera amarilla, a la que le he dado una interpretación también en blanco y negro (y escala de grises :D)
Apática Navidad
También atípica, pero sobre todo es la falta de ganas de hacer nada con tantas limitaciones y cuidados que hay que tener, lo que me está marcando estos días de Navidad. La fiesta la hemos pasado sin pena ni gloria pero con la suerte de estar todos bien.Iba a hacer una foto con el belén y metiendo un VIRRUS por en medio pero la cosa no está para gracias con lo que tenemos, y lo que se espera. La apatía generalizada también afecta a la actividad creativa: Como no hay otra cosa, sigo con las flores.