Siempre digo: «No hago viajes fotográficos, ni fotografía de viajes, solo fotos en los viajes.» Ya, …, aparte de la veracidad o no de la frase, este viaje a Escocia si que tenía una componente importante de viaje fotográfico. Para empezar una fuente de inspiración del trayecto que seguimos fue el viaje fotográfico de un fotógrafo americano. Aunque tratándose de Escocia tampoco es muy difícil preparar un viaje, hay mucho paisaje y los paisajes son extraordinarios. La familia no solo de acuerdo sino además implicada. 🙂
Iba con varias fotos en la cabeza: Puesta de sol en los lagos con nubes de colores reflejándose en el agua, la catedral de Saint Andrews transmitiendo la soledad de las ruinas, el castillo de Eilean Donan a la puesta de sol, nocturna y amanecer, el atardecer en el Quiraing, con luces y sombras sobre las colinas. la puesta de sol en Neist Point, …
Pero luego las circunstancias del viaje te van condicionando. Sobre todo las climatológicas: qué es eso de una puesta de sol, pudiendo llenarse el cielo de nubes grises metálicas y uniformes sin detalles. O con una manta de agua y viento cayendo. Y de soledad poca, el turismo va desbocado (yo no :D) y los lugares están llenos de personas en medio de tu foto. Y luego yo soy el primero que llegado fin de día está deseando cenar y descansar después de tanto trajín y hacer una puesta de sol se le hace cuesta arriba si además está lejos del hotel o restaurante. Por las noches, revisando las fotos, me quedaba con la sensación que no había aprovechado bien el día. Pero ahora después de procesar las fotos veo que he hecho un buen puñado de bonitas tomas.
«La cámara no hace las fotos, las haces tu.» Pues si, pero ayuda elegir bien la cámara dentro de las posibilidades que tengas. Salvo en Jordania por la avería del objetivo, desde las navidades de 2014, he viajado con la fuji X-T1 y el 18-135 (eq. 28-200). En Escocia iba a hacer paisajes y para paisajes el eq 28 se me queda estrecho. Así que tocaba coger el 24-70 de Nikon con la D810, equipo pesado, de peso y de calidad, pero adecuado para los objetivos fotográficos deseados.
Super equipo. El 70 de Nikon se queda corto para detalles pero en este caso era más importante tener angular que tele. Un 24-120 es más oportuno para viajes pero no lo tengo. Por si acaso cogí el 70-300 malillo, pero como suele pasar no lo puse más que una vez porque vi a una rapaz, que por supuesto al final no pude pillar. Disparador remoto, filtros ND y el trípode de viaje, Benro C1682TB0, que ya lleva viajando conmigo desde el verano de 2012, completaron el equipamiento.
Y el resultado creo que ha sido bueno! Iba ahora a hacer una disquisición sobre el equipo para futuros viajes pero, para no extender y retrasar esta, lo voy a dejar para otra entrada. De momento hasta aquí Escocia ¡y esta vez si he hecho galería!