Flor de aire, mayo 2019
Siempre el «final de curso», analogía escolar, es una temporada complicada en el trabajo. Sobre todo la primera quincena de julio, bastante estresante. Este año la última semana de Mayo y la segunda de junio venían con eventos laborales/solidarios variado que en cierta forma complicaban mi vida en la que cada vez aprecio más la rutina. Una reunión de tres días en Córdoba y un voluntariado de 5 en una actividad compartida por mi empresa y la fundación donde esta mi hijo. Para rematar esta época de no-rutina, se ha cruzado un asunto de salud, que me ha deparado un sinfin de citas médicas de las que todavía no me he librado.
L’Albufera, mayo 2019
Yo me encontraba muy bien. Después de una lesión muscular leve a finales de noviembre y que se prolongo hasta enero, estaba teniendo una continuidad deportiva extraordinaria. Estaba en buena forma. Pero tenía decidido hacerme un reconocimiento médico simplemente por precaución como suelo hacer cada 2 años. Al reconocimiento llegué el 28 de mayo con la confianza de reafirmar mi buen estado de salud. Solo estaba teniendo unas ciertas molestias, casi no lo definiría como dolor, en el costado izquierdo, por la axila, a veces yendo al pectoral o la dorsal, un tanto difuso. En alguna respiración notaba algún pinchazo nada alarmante pero estaba en alerta a la espera de la radiografía de tórax. Todo iba fenomenal, en las pruebas que me hacían y se podía ver el resultado me daban noticias positivas, muy bien con el doctor de medicina general que no supo decirme la molestia de donde podía venir pero sin darle importancia …
Goian Bego, Aurizberri, junio 2019
Hasta que llegó la cardiología que era lo último. No sé si fue casualidad o vío algo en el electrocardiograma el caso es que la doctora me hizo una ecocardiografía y ahí tacham tacham ven una anomalía: La aorta en su parte ascendente muestra una dilatación, aneurisma. Sin alarmismos la doctora me lo cuenta y me dice que hay que confirmarlo con un TAC. La dilatación de la aorta suele estar asociado a fumadores, diabéticos, colesterol alta, tensión alta, ninguna de las causas me aplican. Por si acaso me manda una prueba, un holter de tensión. Ahí va la feria, desde entonces va a ser un no parar de médicos. Me voy a Córdoba con la noticia recién puesta en mi cabeza y sin forma de echarla fuera.
Flor de cactus, mayo 2019
Morir hay que morir de algo y ya puestos prefiero algo rápido, aunque se repentino, que andar agonizante mucho tiempo, minando en el camino la salud de mis cercanos. Me aterra la idea de estar muriendo durante meses y tener una vejez larga invalido. Así que bien mirado un aneurisma es rápido y te ahorras las penurias de la vejez. Estupendo, muy estoico, pero luego, en la noche solitaria, te entran los temores. Sea porque fuera evolución normal o alimentada por mi ansiedad, el dolor torácico era cada vez más frecuente e intenso. Al volver a Madrid, el TAC confirma la dilatación y un Holter de tensión que no tengo hipertensión. No voy a extender más esta entrada para no hacerla interminable. Pero ya contaré como acabé 15 horas en urgencias. Toda una experiencia para escribir. De momento, pausamos el relato.