Lo he percibido muy caluroso en Madrid pero no tanto en El Saler que ha sido normal si acaso con mínimas algo más altas de lo habitual. Según la AEMET ha sido el segundo verano más caluroso detrás del inolvidable 2003. Reseñable fue que hubo unos días que bajo mucho la temperatura de forna anómala para ser verano y en lugares de la península Ibérica hubo tormentas torrenciales. Muestra que vamos moviéndonos hacía un clima más extremo y volátil.
De fotografía poco se puede contar. Este verano para los días de vacaciones me llevé la DSLR con todo el equipo «pro», con dos flashes y paraguas, sobre todo para trabajar el retrato. Al final solo un día me puse, conmigo como modelo, con un resultado pésimo, tanto por la luz como por que no supe enfocarme. Un tanto frustado acabé procesando el retrato en modo presidiario. Otro día saqué la cámara a pasear al atardecer. No quise ir a hacer la millonésima versión de la puesta del sol de La Albufera y me fui por la Devesa, pero no encontré nada especialmente inspirador. Al final, puesta de sol, pero en el lago. El lago, donde las gaviotas anounin han desaparecido y ahora la ocupan flamencos, pocos, y cigüeñuelas, muchas. Decidí otro día pasear la cámara por la playa. Nos encontramos un llamativo cangrejo azul que no había visto antes. Pensé que era algo exótico traído por el mar desde lejana playas paradisíacas pero parece que es una especie invasora que lleva un par de años colonizando la zona de La Albufera. Me lo lleve a casa con idea de hacer alguna foto macro creativa pero olía tan mal que no aguanté ni diez minutos fotografiando. Bueno a veces no es necesario salir de casa, incluso parece que a veces la foto viene a ti. Eso fue el día que una mariposa vino a posarse en una planta de la terraza. No dio tiempo a poner el trípode con lo que la mariposa quedó un churro. Un detalle de este verano: Han pasado pocos insectos por la terraza, ni abejas ni parotets. Bien es verdad que este año hemos tenido pocas flores para atraerlos por la poca lluvia. Si pasó varias veces, y hubiera preferido que no, un escarabajo picudo, la especie que se está cargando las palmeras. Es un escarabajo rojo, grande, de vuelo ruidoso y como su nombre indica tiene un pico largo y duro. Intenté atraparlo para fotografiarlo y matarlo pero fallé. Los que si que han estado conviviendo con nosotros con bastante familiaridad han sido los gorriones. Esperando a que acabáramos de comer, si tardábamos mucho se ponían a piar. Lo mejor de este verano sin duda el deporte. Tanto hacer por recuperar la rodilla que creo que estoy mejor que hace mucho tiempo. Pero la rodilla sigue molestando. Inevitablemente parece que ya va a ser una constante en mi vida.