No voy a escribir sobre la pandemia, es muy triste, se leerá en los libros de historia. Nosotros estamos bien y nos organizamos bien. La semana laboral ha sido intensa, con estrés y cansancio. Sobre todo para Navburis en un puesto de trabajo muy complicado y mucho más en estas circunstancias. La instalación de casa nos ha permitido trabajar bien estando los tres conectados. Fuera del trabajo te vas entreteniendo haciendo cosas que tenías pendientes, algunas desde hace mucho tiempo. Mucha limpieza. Es necesario y ahora que no disponemos de la persona que se encarga de esos menesteres, nos ocupa tiempo.
Por mi parte he tratado de mantener las rutinas que tenía antes de esta catástrofe. Por ejemplo antes iba y venía al y del trabajo andando 2 veces, en total 4 paseos de unos 15 minutos. Pues intento realizar esos 15 minutos de andar pasillo adelante pasillo atrás en los mismos momentos que los hacia antes. Y si a la salida del trabajo iba al gimnasio ahora hago los mismos minutos con la bicicleta estática y las pesas. Echo de menos el trote cochinero al aire libre, claro, pero lo puedo sustituir. También mantengo ropa para trabajar, ropa para estar en casa, la de deporte y la de dormir. Mantengo mi «cada momento tiene su vestimenta». Puedo adaptar mis rutinas al nuevo contexto. En cambio a Garnavmi le cuesta más. El es de mucha rutina pero siempre en su contexto. De tal manera que repite lo mismo en la misma situación una y otra vez sin cansarse, pero no le cambies la referencia. Hay que entenderle y buscar la forma de introducir rutinas conveniente en este contexto nuevo.
Solo he salido una vez a recoger la compra de alimentación. Todo estaba muy organizado y no tuve ni que salir del coche. Solo salí al exterior para tirar vidrio al contenedor. La mínima exposición al mundo exterior. Como no disponemos de mascarillas, cuando volvimos de Noruega la mayoría de las farmacias tenían un cartel de «No hay mascarillas» y la que no, se lo tomaba como un chiste cuando las pedías, me pongo la braga de cuello de correr tapándome la boca y la nariz. Y por supuesto guantes de látex desechables que de estos si teníamos en casa. Luego todo lo que viene de fuera entra la mínima distancia en casa. El calzado en la puerta, la ropa a la lavadora, lo que no se almacena a la basura y lo que si se desinfecta con agua y lejía en la medida de lo posible. El objetivo es tener un «muro biológico», lo más robusto posible, entre el exterior y el interior. Todo parece bajo control pero hay momentos de bajón… hay que hacer un fuerte ejercicio mental y superar esos momentos.
Mientras tanto hemos comenzado la primavera y como suele ser habitual empezaremos con días más propios del invierno. Los árboles caducos ya muestran las primeras hojas de la temporada. He hecho una fotilla tonta y vulgar desde mi ventana para el recuerdo. Aprovechando el tiempo en casa revisamos cajones para hacer limpia de objetos obsoletos. Claro que muchas veces vas con mentalidad limpiadora y te puede la nostalgia.
En uno de ellos han aparecido dibujos que pertenecieron al abuelo Pepe, José Sanz y Diaz, de sus amigos pintores. Uno de ellos me ha hecho gracia, se ve a una mujer joven rodeada por hombres y tiene toda la apariencia que la están piropeando (en el mejor de los casos). El dibujo será de finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del siglo pasado. El asunto viene a cuenta de los cambios sociales. El gobierno actual (que la fuerza y la suerte le acompañe) puso en marcha hace poco una ley por la cual estas acciones tan varoniles de antaño, aceptadas socialmente, ahora son ilegales y el que las realice, un delincuente. Como he vivido ambas épocas creo que puede haber un punto medio donde no quepa la mala educación, la ofensa y el acoso.
Las otras fotos son del viaje por Noruega. He intentado hacer una galería, también del viaje a Jordania de enero de 2019, pero el programa (plugin) que uso no funciona como funcionaba hace unas semanas… puede ser problemas de versiones pero de momento no va poder ser.