Por suerte no requería grandes cambios: Hacer deporte, ya lo hacía, pero no competitivo, vaya lata, pero bueno la verdad es que en los últimos años con la cantidad de lesiones que iba acumulando, alguna crónica, la «competición» no tenía mucho lugar en mi vida salvo retos personales tipo «bajar de 6 minutos el kilómetro en esta carrera». No coger peso (ni físico ni corporal), bueno tampoco era muy problemático aunque cambié alguna costumbre como la de beber cerveza sin medida y estar un poco atento a no pasarme en las comilonas. Y no tener hipertensión, que en principio no es mi caso salvo episodios de estrés, así que me mentalicé para mandar a paseo el trabajo en cuento me suponga presión. No es fácil a veces.
Bueno ya estaba ajustado este estilo de vida, no ha pasado un año todavía y la verdad es que ha dado resultado, sin ir más lejos, para ir a Noruega me propuse llegar en buena forma y después de Navidades conseguí seis semanas completas y consecutivas de hacer deporte. ¡Seis semanas! todo un récord. Y me he encontrado fenomenal en el viaje.
Ahora nos encontramos con un reto mayúsculo: Mantener en el estilo de vida en una situación de confinamiento en el domicilio debido a la (ya) pandemia producida por el COVID-19. Lo vamos a intentar, por supuesto, será un valor para superar esta situación pero hay cosas muy complicadas. Hasta hoy hemos podido salir a hacer deporte, al aire libre y en solitario, pero ya no se contempla esa actividad como una de las permitidas en el estado de alarma en el que se encuentra España. Seguiremos contando.
NOTA: Las fotos que acompañan al texto son del viaje a Noruega. Tal vez no estén muy sincronizadas con el texto, pero todavía no he podido fotografiar al virus. Todo se andará. Por cierto, si nos había parecido un viaje muy bueno por haber podido hacer todo lo que queríamos a pesar del clima extremo, ahora todavía es mejor viaje: Además lo hemos podido hacer, y hemos podido volver.