En Semana Santa estuve en Turquía, Capadocia y Estambul con paso relámpago por Ankara.
Me pareció un gran país donde conviven en aparente armonía, tradición y modernidad, oriente y occidente. Un lugar respetuoso donde cualquiera puede encontrar su sitio y elegir su vida.
Ahora parece que se está generando una cisma en la sociedad turca. Confío en que de forma pacifica la situación se calme. Tienen un gran potencial, con un país que no se ha quemado como el resto de Europa.
He de volver a Estambul, es una ciudad entretenida y divertida. Su mayor encanto, su diversidad. Deseo lo mejor para los turcos.