Empieza a hacer calor en la Península Ibérica. Y con él, aparecen los bichos y la temporada de macro. Este fin de semana pasado, último de mayo, volvimos a abrir la casa de Peralejos de las Truchas. Desde octubre que no habíamos podido acercarnos. No había mucho «bicho» en el campo pero encontramos una mariposa aparentemente muerta, realmente solo moribunda, y decidí cogerla.
Mariposa, Alto Tajo, mayo 2021
Me la llevé a casa, pues el objetivo macro no lo llevaba encima, y así, con un modelo estático, empezar a pelearme con el enfoque y la profundidad de campo. Menuda batalla: A una mariposa es complicadísimo enfocarla el cuerpo entero salvo que la encudres de perfil, con todo el cuerpo en el mismo plano (misma distancia a la cámara de antenas a alas). Pero si no, si cierras mucho la abertura f22, por ejemplo, tienes el problema que para que no te quede movida tienes que poner una velocidad rápida y eso obliga a poner un ISO alto con la consiguiente perdida de nitidez por ruido.
Dragò, L’Albufera, mayo 2021
Pero bueno, pelearemos por conseguir este año una «foto de concurso» como decía una persona que conocí. Para él una buena foto era una «foto de concurso», verdadero objetivo de la creación fotográfica. 😀