En este peculiar pueblo de La Manchuela, en la provincia de Albacete, hemos tenido una reunión familiar. Reuniones que realizamos cada cierto tiempo y que por el cruce de la pandemia del COVID hacía unos cuantos años que no haciamos. De resultas de ese retraso algunos componentes familiares han cambiado físicamente como es ley de vida. Los niños que han saltado a la adolescencia son los que más han cambiado. Pero también los de mediana edad, con mas canas menos pelo y más grasas.
El pueblo se situa sobre una hoz del rio Júcar. Las casas están construidas en la ladera de la montaña cubriéndola entera. Las casas tienen una fachada exterior y se adentran en la piedra a modo de cuevas. Algunas llegan a salir por el otro lado. Aunque llevé la cámara y llegué a pensar en hacer alguna fotografía nocturna, la típica estampa de ese pueblo iluminado por la noche, al final solo hice fotos de la familia y alguna de las calles del pueblo en un paseo vespertino No es la primera vez que visitaba Alcalá del Júcar, ya habíamos tenido una de estás reuniones familiares allí y también me había acercado una tarde desde la cercana Casa Ibañez, en septiembre de 2009.