Nueva York es un «debe verse», un viaje aplazado el año anterior, que hemos podido cumplir este. A modo de la Roma antigua, Nueva York es la capital cultural, social y económica del mundo occidental. Si le añadimos Washington, capital política, hablamos ya de la capital del imperio contemporáneo.
Nuestro hotel estaba situado al lado de Times Square, zona bulliciosa, ruidosa, masiva, heterogénea de razas y lenguas. Para mi los rascacielos, impresionantes y bellos desde un punto de vista arquitectónico, no me parecen lo más adecuado para una ciudad. Las calles quedan estrechas y oscuras entre tanta torre. Las gafas de sol se han pasado el viaje en la mochila. No quiere decir que no haya disfrutado del viaje, han habido muchas cosas que me han gustado y espero poder repetir viaje para volver a ver y también por lo que se ha quedado sin ver.
La vista desde el ferry de Staten Island pronto en la mañana, el atardecer desde Brooklyn, las vistas desde los rascacielos, los paseos por Soho y West Village, el Moma …
Completamos el viaje con excursiones a Washington y Niagara. Y volvimos a comprobar que no estamos hechos para excursiones organizadas pero eso ya lo iremos contando.
Ya exhibiremos fotografías «de postal» que espero que las haya. De momento unas tomas un tanto alternativas.