La visita al parque nacional de Taroko fue la que más me gustó de las que hicimos. El parque son profundas gargantas y torrentes entre verdes montañas que enganchan a las nubes. Tuvimos suerte con el tiempo pues el día anterior llovió mucho y sin embargo los dos días que pasamos en el parque solo tuvimos alguna llovizna de vez en cuando. Eso sí, no vimos el sol.
En Taroko hay muchas paseos marcados (trails) muy bonitos y en general fáciles, no muy largos con lo que puedes hacer varios en un día y disfrutar de una naturaleza muy especial. Cascadas, vegetación exuberante, pájaros de color rojo, el olor… Uno de los senderos más llamativos es el de la cascada Baiyang que tienes que atrvesar varios túneles. Pasada la cascada hay una cueva donde cae el agua pero está cerrada por peligro de desprendimientos.
Una de las cosas que más me llamó la atención fueron las vetas de las rocas en los torrentes.
Durante la estancia nos alojamos en las cabañas de la Señora Yu. Con mejor tiempo hubiéramos estado estupendamente pero la lluvia y el fresquito te obligaba a estar en la cabaña cuyo limitado espacio te obligaba a estar en la colchoneta con el edredón