Este fin de semana se hace el cambio de hora de invierno, avanzamos en el otoño y seguimos sin frio ni lluvia. Mal lo estarán pasando los que vivan de producir y vender abrigos y paraguas.
Que no son los únicos. En este mundo global, en el que todo se encadena, cuando algo va mal se propaga a todos los rincones. Vaya temporada. La pandemia que, además de muertes, provocó un primer parón económico y posterior atasco en la producción incapaz de atender la demanda. A continuación subida de precios global, sobre todo de la energía. Y para acentuarlo a máximos, la guerra de Rusia y Ucrania. Si de momento se ha quedado localizada, el resto del mundo lo paga en escasez de alimentos, sobre todo al tercer mundo y en coste de la energía. Qué mal le viene a la UE la globalización! Tiene que pagar muy cara la dependencia energética que tiene del suministro de otros países. ¿Es casualidad que justo estos países no son precisamente respetuosos con los derechos humanos? Sigo editando fotos del viaje a Irlanda, tengo el firme propósito de acabar una galería de fotos antes de que acabe el año.