En la segunda estancia en Tokio estuvimos alojados en la misma zona que en la primera, en el lado oeste de Shinjuku, la zona de oficinas pero cinco minutos más alejados de la estación. No pasamos ningún día completo pues lo combinamos con la vuelta de Kioto y con las excursiones a Niko, Kamakura y Hakone. La verdad es que no eché en falta más tiempo. A pesar de que entretenimientos puedes encontrar, por supuesto, era llegar a un barrio y al rato ya te parecía que era todo igual y más de lo mismo.
La primera tarde fuimos al parque Shinjuku Gyoen a ver, como no, cherry blossom. Muy espectacular pero también muy lleno de gente. Merece la pena entrar en el invernadero (greenhouse) donde aparecen como exóticas algunas flores habituales en España.
Luego Harajuku y Shibuya. En el cruce de Shibuya estuvimos haciendo fotos. Además de la multitud local hay cientos de turistas cruzando y haciendo el tonto a mitad de cruce. Mola hacer una secuencia de fotos desde antes de cruzar, empezando a cruzar, en medio del cruce, terminando de cruzar, hasta después de cruzar. Una buena vista, a pesar de que es através de cristal es la que tienes desde un centro comercial enfente del cruce.
Cerca de la estación de Shinjuku encontramos un sitio de sushi que nos gustó así que hicimos varias cenas al volver de las excursiones. Fuera de Tokio, incluso en algunos barrios de Tokio es difícil encontrar sitios de sushi. Otro barrio donde dimos paseos nocturnos fue Kabukicho, Shinjuku Este.
Es una especie de barrio rojo pero sin aparentemente mucha marginalización, tiene muchos restaurantes y ahí es donde encontramos un lugar de barbacoa estupendo. Lástima que no supimos volver a encontrarlo 😀
El último barrio que visitamos fue Akibahara. El barrio de la tecnología y el manga. La tecnología no sorprende. La globalización ha homogeneizado el mundo, lo mismo que ves en Tokio lo puedes ver en Madrid. Y los precios no difieren. No soy seguidor del manga así que vistas dos o tres tiendas ya las has visto todas. Bien angostas que son.
En este barrio además hay muchos bares atendidos por «doncellas» (Maiden cafes) y hay chicas disfrazadas de tal en la puerta como reclamo. No me queda muy claro el asunto… algunos parecen que son solo una especie de cafetería atendida por chicas vestidas, inocente, aunque dudo que sean admitidas mujeres. Otros ya parecen que tienen otra intención… ¿Ver y no tocar?
Paseando lo que más me llamó la atención fue una chica que iba con una ave nocturna, búho o lechuza, por la calle para dar publicidad a un bar Owl Cafe donde tienen muchos. Qué locura, pobre animales.
Tokio es una locura, diferente, llena de gente y de ruidos (¡entra en un Pachinko!) no me importaría volver pues me quedan cosas que ver y sitios que puedo repetir.