Ninguna tarde del verano me acerqué a L’Albufera en la puesta de sol. No sé dio la circunstancia de ganas y un cielo bonito que priorizaran el paseo hasta el lago sobre otras actividades. En cambio en el primer fin de semana de otoño, el domingo por la tarde tuve un rato sin otra cosa mejor que hacer y con un cielo tormentoso que prometía al menos reflejos poderosos en el agua
Las tormentas han sido la tónica de estos primeros diás de otoño en la Mediterránia. En cambio en el centro de la península ibérica no cae una gota y el verano parece prolongarse eternamente. Yendo ese primer fin de semana de otoño hacia Valencia nos cayó una granizada en la A3 a la altura de Villagordo del Cabriel como nunca había visto otra. Más que granizo, eran cubitos de hielo. El coche acabó con un puñado de bollitos a lo largo de la carrocería y el ruido del golpeteo del hielo era tal que no te oías al hablar. Me lleve al embarcadero el 12mm pues tenía ganas de probarlo en una puesta de sol pero la verdad es que no encontré un punto de vista donde sacarle partido. A pesar de que llovió el embarcadero estaba repleto de gente de todo tipo y pelaje. Así que cualquier foto que no fuera disparada desde el borde del agua tenía gente por medio. Las fotos carecen pues de un primer plano interesante que diera profundidad y carácter al paisaje. Ni siquiera el sol colaboró mucho. La única gracia de las fotos son los colores que van apareciendo que van cambiando desde los amarillos, grises, verdosos antes de que caiga un tanto el sol hasta los azules y violetas profundos de crepúsculo pasando por los rojos, naranjas y magentas del ocaso. Colorines que dejo en tres fotos de la serie que hice en la hora y media que estuve.PD. Al momento de publicar esto, dos semanas después, sigue sin llover y sigue haciendo calor en Madrid (como en casi toda España). Las madrugadas son frescas pero al mediodía tienes que ir por las sombras que el sol pica. En el trabajo hay que poner el aire acondicionado y cuando te levantas de la silla estás sudado de espalda y culo. En vez de colorines, habría que titularlo calorines.