Este año hemos pasado de refilón por las Fallas (fiesta). Las Fallas marcan el inicio de la primavera y una secuencia de eventos agradables, ellas, mi cumpleaños y las vacaciones de Semana Santa. Cierto que con el paso de los años pierden emoción pero siempre es un época agradable. En las fallas (monumento) se aprovecha para, de forma cómica, bufa y un tanto surrealista, hacer crítica de personajes y situaciones. Dependiendo de los barrios está crítica tiene más contenido social, reivindicativo e incluso político. Una forma de expresión y comunicación en forma de monigotes. Haciendo un salto cultural, artístico y geográfico, el aspecto crítico de las fallas conecta con Bansky. Artista (¿qué es arte?) contemporáneo ha logrado elevar el arte urbano propio de esta época, el grafitti, a altas cotas. Rompedor en la concepción de expresar de forma diferente a la establecida, genio de la perspectiva y la expresión minimalista, su obra es claramente antisistema, en contra de la represión policia y ejercito, el consumismo, la especulación y a favor de los desheredados de la tierra. Para mi un genio al que se pueden ver muestras de su obra en Madrid.

A veces el reloj parece que va lento, despacio, como una carrera de caracoles infinita que no acaba. Esos días pausados, suaves, relajados, repetidos, sin sobresaltos, descansados, que parecen que no pero al final acaban. Lástima. Con cierta pena, recoges los trastos y cierras la casa.

Entramos en el último tercio del verano de 2018. Es un verano de clima atípico. A lo raro de Julio ha seguido en los primeros días de agosto una ola de calor con temperaturas de récord en muchos lugares de la península pero que acabada dio lugar a días de tormentas y lluvias, prematuras, más propias del final de agosto que del principio.Del verano y sus vacaciones ya solo queda la traca final, que esperamos sea espectacular.

En el metro de Estoclomo tienes montajes artisticos en las estaciones. Ahora bien, a parte de que el concepto de arte no conoce definición universal, para mi, el nivel artístico de las obras es muy variado. En cualquier caso es muy entretenido ir a las estaciones viendo las obras y fotografiandolas. Lástima que el nivel lumínico es escaso y hay que «apurar» con ISO alto y baja velocidad.
Estuvimos en T-Centralen, Rådhuset, Fridhemsplan y Kungsträdgården.Tal vez esta última la que más me gustó.Además de la cuestión artística el que mantengan los techos como el de una caverna, supongo que así era el techo originalmente al hacer las estaciones, le da un punto diferente al resto de metros de ciudades que conozco.