Dos semanas de paseo por la isla para fundamentalmente estar con Garnaven (aka Wen). Pero además de este objetivo, que en si ya era suficiente excusa, la isla merece la pena conocerla. En este primer relato y fotos me centraré en la geografía. Algunas fotos y comentarios ya se han publicado en http://taiwanwen.blogspot.com.es/
Formosa, isla hermosa, ese nombre le dieron los portugueses cuando la colonizaron y así se conocía en mi época estudiantil.
Con una extensión un poco mayor que Galicia, pero con 23 millones de habitantes, tiene unos paisajes impresionantes. La parte norte, la central y la costa este es montañosa con una frondosa vegetación. La costa oeste en cambio es totalmente plana, cultivos, arrozales, piscifactorías …. A la punta sur no llegamos pero es también montañosa, menos abrupta que el norte y con un clima menos frío.
Los dos primeros días tuvimos un tiempo cálido, con sol velado por nubes altas. El resto de días nublado, con llovizna, nada ideal para la fotografía, pero salvo un día en la costa noreste, la lluvia no nos impidió el turismo. Este clima húmedo hace que la vegetación sea espesa y las montañas estén cubiertas de verde. Una imagen inolvidable: las nubes agarradas a las montañas como pegajoso algodón. El sol lo vimos poco, lástima porque algunos paisajes quedarían espectaculares con algo de luz saliendo entre las nubes. Lo que si que pasamos es algo de frió en las noches pues resultaron días con temperaturas bajas para lo que acostumbran a tener y en las casas y hoteles no tienen calefacción.
Lugares visitados: Taipei, Wulai, Jiufen, Haulian, Taroko, Sun Moon Lake, Tainan, Taijiang y puntos intermedios. Algunos tendrán su propia entrada, se lo merecen.
Cuando viajas en el coche pasa que «pierdes» fotos porque no te puedes parar continuamente y aunque te pares la imagen que has visto ya ha quedado atrás o no se corresponde a lo que viste. Una suerte que hemos tenido ha sido ver los cerezos en flor y una de las fotos perdidas fue la imagen de los cerezos entre la niebla cuando subíamos por las montaña al dejar Taroko. Y el paisaje más bien helado que nevado al atravesar el puerto a 3000 pues no me atrevía a parar el coche por si luego no arrancaba.
Otra foto perdida es la de las colinas de palmerales. Unas palmeras esbeltas y altas muy juntas, verdes luminosas.
Y me hubiera gustado un atardecer en Sun Moon Lake que no la vimos por la niebla.