Grrr, Madrid enero 2021

Grrr, Madrid enero 2021

Una palabra que hasta octubre de 2020 no recuerdo haber oído. Y sin embargo me ha estado condicionado la vida, probablemente desde mayo de 2019 y, con total seguridad, desde el final del verano de 2020. Sea desde cuando fuera me ha estado fastidiando lo suficiente como para operarme. Arrastraba molestias en el brazo izquierdo, bueno más que en el brazo en toda la articulación, también hombro, omóplato…. En octubre decidí ir a médicos y sin extenderme en detalles, acabe con una RMN que dictaminó Hernia discal foraminal izquierda a nivel C6-C7. Sin tecnicismo: El disco que hay entre vertebras se sale de su sitio y oprime el nervio que baja por el agujero foraminal. Es el hueco donde se aloja la médula espinal. Ahí, en la médula, se concentran todas nuestras sensaciones (y por inferencia, nuestros sentimientos). El daño sobre el nervio me afectaba fundamentalmente al brazo izquierdo pero también al pectoral, dorsal y deltoides, lo cual explicaba, entre otras cosas, las molestias en el costado izquierda que había relacionado, erróneamente, con el corazón. En los momentos peores, tenía calambres a lo largo del brazo y los dedos pulgar e índice se quedaban, no dormidos, acartonados.
(auto) Retrato con retratos, Madrid febrero 2021

(auto) Retrato con retratos, Madrid febrero 2021

¿La solución? Operarme. Pero antes de ir a esa solución, no exenta, claro, de riesgos, decidí darme un tiempo para probar a resolverlo de otra manera menos agresiva. Con ejercicios y fisioterapia. Durante un tiempo pensé que me libraba de la operación. Hasta Navidades iba mejorando. Pero de repente, justo después de la noche buena y navidad, la cosa fue empeorando y las molestias en el brazo se volvieron muy permanentes. La gota que colma el vaso fue el tener que tomar calmantes para dormir, a la segunda vez ya decidí operarme. Deje pasar enero y la fuerte ola de contagios de covid resaca de las fiestas y fui a pedir cita al neurocirujano. El primer día disponible, viernes 19.
Vertebrado, 19 de febrero de 2021

Vertebrado, 19 de febrero de 2021

Tenía que ir mentalmente preparado. El miedo no debía hacerme perder la dignidad :D. Recurrí a una treta mental que ya he utilizado varias veces en mi vida. Consiste en vivir en una situación como si estuvieras viviendo otra. En este caso ¿qué situación podría parecerse a una cirugía? Pensé en los viajes, cuando inicio un viaje siempre estoy inquieto, con la duda de si saldrá bien, pero sabes que si sale bien, y siempre me han salido bien, luego los disfrutas enormemente. Este era un viaje, con su incertidumbre pero con un resultado prometedor, una vida sin dolor. Así la tarde del 19 de febrero de 2021 con mi mejor disposición y alegría entré al quirófano en camilla pero con la sonrisa debajo de la mascarilla. Creo que la buena disposición ayudó a que la intervención y el periodo de hospitalización pasaran de la mejor forma posible. También en casa. La primera semana esperada «de dolores» pasó sin mayor problema.
Haciendo el indio con la radiografía, abril 2021

Haciendo el indio con la radiografía, abril 2021

Ahora estoy en la octava semana desde la operación. (Sí, ha pasado tiempo, cada vez tardo más en escribir y encontrar o hacer fotos para acompañar) No voy a extenderme ahora en cómo he pasado y en qué me he ocupado en el tiempo de recuperación. Iré contando …, solo decir que a pesar de momentos de duda, y con alguna pequeña secuela, estoy bien y apunto de poder hacer mi vida normal.