El día 7 de diciembre amaneció esplendido, cielo azul, sin nubes. Felices y contentos, por fin un día bueno, nos fuimos a Sintra. Íbamos avisados y dejamos el coche abajo en el pueblo para subir en el autobús al Castillo de los Moros y el Palacio da Pena. El problema no contemplado: las hordas y hordas de turistas españoles. Los autobuses pasaban llenos sin parar y al cabo de un buen rato de espera y con las paradas atestadas de gente no nos quedó otra que ir a la cabecera de línea en la estación de trenes y aún así hacer cola. Una hora y media para poder ponernos en marcha En definitiva no hay que viajar en puente.

Palacio da Pena. Sintra, diciembre 2009

Palacio da Pena. Sintra, diciembre 2009

Con el retraso del arranque y con la hora de fin de parking decidimos ver solo el Palacio da Pena, un alucinante palacio ecléctico con mezcla de estilos y de  colores.  Curioso y espeluznante. Volvimos a esperar un rato para poder tomar el autobús de vuelta, así que salir de Sintra y llegar a Cabo da Roca para ver la puesta de sol fue toda una liberación.

Faro de Cabo da Roca

Faro de Cabo da Roca, diciembre 2009

Un sitio muy bonito y que merece la pena ver. Acabamos el día paseando por Cascais que no nos pareció nada especial. Y con eso realmente finalizó nuestra visita a Portugal. Al día siguiente,  vuelta.