Obligados a ser testigos en contra de nuestra voluntad de un acto religioso (dios, que castigo) decidimos rebelarnos y escaparnos haciendo turismo por Madrid.
Muchas veces ocurre que justamente en la ciudad que vives no la miras como cuando sales fuera y dejas de visitar sitios que de estar en otra ciudad te parecerían maravillosos.
Organizamos la jornada como hacemos habitualmente turismo: puntos de visita y recorrido andando entre ellos buscando vistas interesantes. Lo más interesante ha sido la exposición «Lágrimas de Eros«, eso que inquieta tanto a los amigos del celibato, en el Museo Thyssen-Bornemisza, me ha encantado, y también la subida a la terraza del Círculo de Bellas Artes.