Los últimos 3 días tuvimos un tiempo inhospito, los peores días de la semana. Granizo, lluvia torrencial, rayos. En fin, nos condicionó mucho los planes
El miércoles teníamos reserva para pasar a la Playa de Las Catedrales y allí que nos fuimos temprano. Esa noche cogío frío Garnavmi y vomitó en el trayecto y bueno nos dio un poco el día. La idea era llegar pronto para no vernos afectados por la marea pero no terminamos de conseguirlo, hubo partes de la playa que no pudimos ya pisar. Tampoco me importó mucho dado el día mi idea de hacer fotos con trípode y velocidades lentas era impensable. En esa playa en una de las cuevas que nos hicimos fotos una mujer murió dos días después por el desprendimiento de una roca. Visitamos otra playa cercana, esta desierta y seguimos. El resto de la excursión del día era llegar a San Andrés de Teixido siguiendo la costa y paradas donde surgiera. Comimos en O Porto do Barqueiro, no muy bien, pues diluviaba y nos metimos en el primer sitio que encontramos y no fue lo que nos hubiera gustado sobre todo en la relación calidad/ precio.Estaca de Bares me gustó mucho más que Finisterre. Me pareció más salvaje, y con mejores vistas aun no acompañado el día. El viento y el frío castigaban continuamente. La última parada fue San Andrés de Teixido, para no tener que ir de muerto e ir a otros sitios que no podamos de vivos de ninguna de las maneras. Los paisajes de la costa desde Estaca de Bares a Betanzos, playas del Ferrol, me parecieron los más bonitos de Galicia El cuarto día jueves salío tan malo o peor que el anterior. Visitamos el curioso monasterio de Monfero, abandonado en el siglo XIX y esperando una rehabilitación que no llega. Moluscada en Lorbé, paseo por Sada y estando en la playa de Fiebre nos cayó una gran lluvia. El plan del viennes era comer en O Pote un restaurante en Betanzos que desde luego merece hacer un hueco en el calendario para ir. Prtendiamos dar un paseo antes pero desde primera hora la lluvia nos desalentó. Ese día ya se hablaba de temporal. Después de comer y dado que poco se podía hacer decidimos ir a La Coruña al acuario. Genial idea pues lo mismo pensaron miles de gallegos. Estando en la cola cayó una granizada que nos hizo cambiar de opinión. Habíamos aparcado en la playa de Riazor, había mucha gente y expectación pues una chica en la madrugada había bajado a ver las olas y una se la llevó. El cadáver apareció semanas después. Como alternativa entramos en el museo de la ciencia, lleno, y en la fábrica de la cerveza de La Estrella de Galicia, petada. Mientras afuera diluvio y granizo.