Estas navidades pasadas una empresa de fiambres emitió una campaña publicitaria en la que con tono sentimentaloide apelaba a levantar la moral del ciudadano español si pensaba en los grades logros alcanzados como país.
No voy a entrar a discutir el oportunismo o no que la empresa hace con su campaña de marketing. Pero como de fiambre va la cosa, la valía de los logros conseguidos por personas y colectivos de este país relatados en el spot quedan sepultados por los no menores «logros» de otras personas y colectivos que apropiadamente llamo CHORIZOS.
Ya pueden cantar todo lo alto que quieran la grandeza del país que mientras no cambiemos, mejor dicho cambien, la forma de pensar y actuar, este país caerá continua y periódicamente en el pozo.
Todos los días sabemos de juicios por corrupción donde aparecen implicados políticos que por acción u omisión han permitido o colaborado en ella.
Pero hay mucho casos que no llegarán a los tribunales. Yo he oído algunos, por ejemplo:
- Funcionarios de un ministerio compran tierras sabiendo que luego se expropiaran para construir una infraestructura por un precio que fijarán ellos.
- Empleados de una caja de ahorros compran deuda perpetua a precio de saldo a clientes de la entidad a sabiendas que luego se van a amortizar al valor nominal de emisión.
- En un ayuntamiento una carretera se recalifica a calle para así en la construcción de una urbanización no tener que dejar más metros de arcén por la «presión» de los promotores y constructores.
- Un alto cargo de un organismo regulador participa en la absolución de un presidente de compañía cotizada en bolsa por presunto uso de información privilegiada y luego este le contrata como secretario del consejo.
Y así ¿cuántos? Este país necesita una regeneración moral.
Y toda esta pataleta me viene a cuenta del «fichaje» del Sr. Rodrigo Rato por Telefónica (antaño compañía telefónica nacional de españa, es decir de todos los españoles) bastante indignante teniendo en cuenta los méritos de dicho señor y absolutamente escandaloso si tenemos en cuenta que el Sr. Rato fue un miembro destacado del gobierno de Aznar que se encargó de vender el patrimonio empresarial público (de todos), como Telefónica, previa colocación en las direcciones de estas empresas de sus amiguetes. Así, ahora, tienen su retiro dorado en los consejos donde cobran por la cara.
El esperpentico Sr. Rodiguez Zapatero pasó por muchos como causante de la crisis, como si pudiera ser cosa de uno solo, pero su único problema fue la de enterarse tarde y mal, e intentar disimularlo. El hecho es que gran parte de lo que nos está cayendo es consecuencia de las políticas liberales del Sr. Aznar. Durante su gobierno se erizó el paisaje español de grúas promoviendo la burbuja inmobiliaria causa principal de que la crisis, no solo nuestra sino de toda la economía occidental, azote a España de forma cruel.