No soy persona de ir contando mi ideología y mucho menos hacer proselitismo. Algo que odio. Me conformo con actuar y comportarme como pienso que debo hacerlo de acuerdo a mi pensamiento.
Y no voy a hacerlo ahora en el diario, pero con toda esta movida peculiar que se ha montado y que se veía venir, si que creo que viene a cuento decir lo que pienso sobre la clase política actual:
– Hacen «política marketing», dejan atrás valores y principios. Fuera ideología, lo que interesa es conseguir el mayor número de votos.
– Me parecen mediocres y más si comparas con aquellos que lograron la transición.
– Maleducados y poco respetuosos con sus compañeros de profesión.
– Han perdido el sentido del estado y son capaces de utilizar cualquier motivo, aun cuestionando las instituciones, para desacreditar al contrario. Sin ninguna prudencia.
– Justifican sin problemas todo lo que hacen sus compadres pero se escandalizan con el mismo hecho si lo hace «el enemigo». Pierden más tiempo en pensar como derribar al contrario que en buscar soluciones.
– Si tienen algún nivel intelectual desde luego no lo sacan a relucir.
– No buscan su mérito sino el demérito del contrario
– Nunca hacen autocrítica y siempre hay una conspiración contra ellos.
Por supuesto hay excepciones, pero esto es el ejemplo que nos dan todos los días. No me extraña que gente que no esté encontrando su futuro estén indignados y hayan decidido protestar.
Me acabo de enterar que han prohibido la concentración de la Puerta del Sol. Desacertada decisión, en su linea haciendo amigos.