Que entre los seres humanos hay mucho estúpido y egoísta y que en España la densidad es más alta de la media mundial, ya lo sabíamos. Por eso, aunque indigna, no sorprende que el ganado habitual haya salido a las calles a celebrar el fin de una legislación represiva pero, a la vista de los hechos, necesaria en esta situación sanitaria adversa. Triste que el individuo tenga que ser legislado para comportarse.
Claro que los que tiene que crear la legislación son de darles de comer aparte. No dan buen ejemplo: En el año largo que llevamos de pandemia, los políticos españoles, no han sido capaces de crear una ley de salud pública que regule las formas y procedimientos para estas situaciones. Empezando por el que está gobernando y siguiendo por el que está controlando. Malos, muy malos.