Taipei, Taiwan, febrero 2014 (procesado febrero 2021)
A primeros de febrero de 2020 estaba con la mente, y el cuerpo, preparando el viaje a Noruega, donde íbamos a adentrarnos en el circulo polar ártico, y la verdad, es que no teníamos hasta entonces mucha experiencia de estar en el frio. Ya teníamos todo el equipamiento y me ocupaba en leer y aprender todo lo posible para hace fotos en el frio, especialmente a las auroras boreales. El cuerpo lo cuidaba en el gimnasio para llegar en la mejor forma posible y disfrutar del viaje. Justamente un día, al salir del gimnasio e ir a buscar a mi hijo a su taller de pintura me vi atropellado por una horda de unos 50 turistas chinos que entraron apresuradamente, los que cupieron, en la farmacia que hay en la calle Basílica de Madrid. Desde siempre he rehuido de las hordas de turistas, sobre todo de las asiáticas pues su forma de entender el comportamiento a seguir cuando hay aglomeraciones dista mucho del mio: Para ellos si hay que llegar a un sitio y hay gente por en medio todo vale para conseguir el objetivo, pisar, empujar, atropellar.
Guijarros Zen, Taiwan febrero 2014 (procesado febrero 2021)
El Corte Inglés tenía por aquellos entonces acuerdos con operadoras turísticas chinas y continuamente te encontrabas pelotones de turistas a esquivar. En aquellos momentos, con el virus ya extendido y Wuhan confinada, alucinaba, no solo con que los dejarán entrar sino con que los dejarán salir con lo cabrones y exigentes que son los chinos con la salud cuando pisas su territorio. Pero ¿qué hacía ese gran grupo abarrotando una farmacia en una pequeña calle fuero del circuito turístico? Pues comprar, o intentar comprar, mascarillas. Días después me enteré que había sido una actitud generalizada de los turistas chinos y que había terminado por calar en la población local y se había acabado el suministro de mascarillas en Madrid. Incluso la gente las compraba para bricolaje, hasta agotar, en las ferreterías. El día 23 de febrero volábamos a Tromso. En el viaje tomaríamos un barco para recorrer las costa norte de Noruega. Justamente ese mes de febrero, un crucero en Japón, el Diamond Princess había tenido un brote de virús, dejando el barco varado en un puerto japones, terminando por contraer el virus más de 700 personas. Una sombra. ¡Pero la preocupación era mucho inferior a la emoción de la aventura!. El viaje fue espectacular y solo nos acordábamos del mundo exterior los pocos ratos que nos quedaban antes de la cena. En el salón de proa había unas televisiones donde empezamos a ver las preocupantes noticias del norte de Italia. Una noche pensé ¿que tiene Italia de diferente a España?
Arena y asfalto, Taiwan febrero 2014 (procesado febrero 2021)
Nada, tenemos los mismo comportamientos sociales, estilos de vida, comidas … Lo que pasa en Italia pasará en España. Y en España se iban sumando casos y brotes en esos últimos días de febrero. La chispa ya había prendido.
En una de las últimas escalas del barco se subió un grupo de italianos, procuré no coincidir con ellos en ninguna estancia. El crucero lo acabamos muy felices y sin incidentes.
Antes de bajarnos del barco oímos las noticias de los primeros brotes en Torrejón de Ardoz, casos en Valencia, justamente había habido un partido en Milán el 19 de febrero, Atalanta-Valencia, en el que habían viajado muchos aficionados hasta Milán … pero antes de regresar a España aún pasamos unos buenísimos par de días en Bergen.
Memorias del virus I (enero)
Memorias del virus III (diez días de marzo)